Por un pelito

Conductora de TV argentina fue engañada para que ejerciera la prostitución

Según su relato, logró escapar de esa banda mafiosa. Tras ver la serie Sky Rojo revivió ese suceso. Ocurrió en la ciudad de Mar del Plata

El estreno de Sky Rojo removió un tema muy sensible y que es común a todas las sociedades a nivel mundial: la trata de personas. La serie protagonizada por Lali Espósito gira en torno al drama de tres chicas que tratan de huir en busca de su libertad, mientras son perseguidas por sus proxenetas.

En este contexto, luego de mirar la ficción española, Estefanía Berardi contó una estremecedora experiencia que vivió a sus 17 años en Mar del Plata, cuando fue engañada por un aviso en el diario en el que buscaban bailarinas y terminó yendo a un prostíbulo del barrio Los Troncos. En diálogo con Teleshow, relató cuáles fueron las señales que la advirtieron a tiempo para salir del lugar y cómo recuerda hoy ese angustiante episodio, que marcó su adolescencia.

La conductora, que hoy tiene 31 años y una ascendente carrera en los medios, describe que luego de ver la búsqueda laboral, despreocupada fue con su currículum al lugar que le indicaron por mensaje de texto, y se encontró con una casona que en principio no le llamó la atención, pero luego fue notando algunos detalles que le advirtieron que no era lo que ella creía.

Le abrió la puerta una señora muy mayor, que la invitó a esperar a la persona que le haría la entrevista. En ese momento un hombre tocó el timbre y esa mujer le advirtió: “Vení de este lado, así no te confunden”, señalándole un mostrador.

Acto seguido, se encendieron las alarmas de Estefanía, quien empezó a observar que la decoración era un tanto extraña y que había varios dormitorios con camas matrimoniales. Con cualquier excusa dejó el lugar y salió corriendo, presa del pánico.

“Yo zafé gracias a una señora que abrió justo la puerta. Cuando llego, ella siempre pensó que yo sabía adónde iba. Lo primero que le digo por un mensaje de texto al tipo del anuncio es que soy menor de edad, porque siempre me rechazaban en todos los trabajos por eso. Y el me dijo: “Sí, vení”. Cuando esa señora me corre y me dice que espere detrás de una pared para que no me confundan, empecé a sospechar. No entendía de qué me estaba hablando y ahí empecé a atar cabos. Vi un patio interno y varios dormitorios con camas de dos plazas. Y viene de la otra punta una morocha en portaligas que pasa para ver al tipo que había tocado timbre, me saluda y ahí me doy cuenta que era un puterío. Ya al principio me había llamado la atención la decoración con telarañas y elementos de Halloween, tipo un tridente y cosas así, y yo no caía porque pensaba que era un instituto de Inglés. Yo era re inocente, no tenía calle, no había estado con un pibe en mi vida y mi mamá era muy cuida” confesó.