“Me enamoré de Guildford, una ciudad inglesa al sur del país, el día que la visite por primera vez. Todos me habían dicho que era gris y fría, pero a mí me tocó una temperatura de 30 grados. No sé si fue una casualidad del destino”, recuerda de su primera visita la Reino Unido, Mariano Longo, argentino de 43 años. Hasta los 31, había viajado seis veces fuera del país, y doce años después, ya lleva 52 países recorridos.
Esas vacaciones en Inglaterra, esa visita por Guilford, la capital del condado de Surrey en la región sureste de Inglaterra, transformaron su porvenir. “Volví a Buenos Aires con una decisión tomada: renunciar a mi trabajo en una importante empresa multinacional francesa. Me propuse emigrar”, relató.
No llegó a Reino Unido, sino a Cascais, una ciudad turística y costera ubicada al oeste de Lisboa, Portugal. Allí vive la mayor parte del año y alterna su vida con su otra residencia, en Madrid.
El cambio de vida ocurrió allá por 2009. Un poco improvisado, otro poco en persecución de una corazonada. Mariano hoy es dueño de Aeroset, una compañía que vende repuestos de aviación. Tiene presencia en seis países: Inglaterra, Portugal, Estados Unidos, España, Malta y China. Emplea a 30 personas y sus clientes principales son aerolíneas. Para lanzarse a emprender en el exterior invirtió todos sus ahorros: 70.000 dólares. Su compañía actualmente está valuada en el mercado en 250.000.000 de dólares.
El camino laboral que emprendió comenzó a los 17 años, antes de terminar el colegio secundario en Don Torcuato. Obtuvo un trabajo part time en Mc Donalds, luego estudió Relaciones Públicas en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), donde le surgieron trece propuestas de trabajo en distintas firmas. “A diferencia de la mayoría de las personas, disfruto de las entrevistas laborales, me gusta que me pongan a prueba. Siempre mantuve el CV actualizado y opté por probar en diversas empresas porque creo que ese es el secreto del progreso”, dice convencido.
A las pocas semanas de llegar al Reino Unido, fue contratado por una empresa multinacional SC Johnson, donde estuvo dos años. Luego le ofrecieron un puesto en una empresa de aviación, AAR Corporation: “Un rubro novedoso que desconocía. Me propuse aprender todo y lo hice”. Llegó la segunda oportunidad: ser parte de GA Telesis. “Vendía muchísimo, ganaba comisiones altísimas, así que me pregunté si podía hacerlo solo”, destacó. No solo lo hizo, sino que triunfó en muy poco tiempo. En mayo de 2013 fundó oficialmente Aeroset.
“En una habitación de 2×2 monté mi emprendimiento. No recuerdo cómo se me ocurrió el nombre. El logo lo compré por internet”, admitió. Armó una base sencilla para comercializar repuestos de motores de aviones. “Mi primer cliente fue British Airways”, recordó. Luego tuvo de clientes a otros gigantes como Alitalia, Ethiopian, Air France, GOL, Lufthansa, Iberia. Su trabajo le permitió sumar millas, conocer gente y culturas diversas.
Consideró, a su vez, que en la Argentina no podría haber montado su empresa y respondió que todo este corto tiempo tuvo más oportunidades en el exterior que en su país. Su gen argentino no se modificó: solo adoptó la costumbre de almorzar con café con leche. “No mucho más. Sigo siendo el mismo”, acreditó.
Fuente: Infobae