Tomando como ejemplo el caso de Bahía Blanca, donde la empresa ENERGEN SA fue y sigue siendo víctima de bloqueos por parte del SUPA y sus aliados estratégicos. Nos comenta que hay un punto en común entre este conflicto y los hechos que se vienen dando con la Puertos del Cordón Industrial y TPR (Terminal Puerto Rosario).
En sus palabras, plantea que estos tres casos pueden tomarse como trillizos. Y que la persona que se encuentra detrás de todo esto es Marcelo Osores, quien ya está denunciado por su accionar extorsivo.
El SUPA es un instrumento desde donde se negocia con las más grandes empresas de los puertos del país, y a su vez, donde los bloqueos son la punta de lanza para luego quedarse con los consorcios de PYMES y empresas menores, forzándolas a las recisión.
Ella apunta que en estos casos el trasfondo, lo que sostiene el telón, son el contrabando y el narcotráfico, que las decisiones están tomadas desde intereses mafiosos que utilizan a los sindicatos y al Estado para quedarse con el poder de los puertos.
Plantea que hay un modus operandi en los cuales hay empresarios que terminan siendo rehenes de estos sucesos. Y que si estos empresarios no toman decisiones de dar las peleas necesarias, terminan del lado de los extorsionadores.
A su vez, dio como ejemplo el caso de Juan Manuel Ondarcuhú, a quien también apuntó sobre sus relaciones con Passaglia, del árbol genealógico en la ciudad de San Nicolás y las reiteradas irregularidades en esa terminal portuaria.
Este mismo nombre fue el que en la última reunión del directorio del Enapro se decidió como titular del grupo Servicios Portuarios (Sepor), que tiene la concesión de los muelles VI y VII del puerto de Rosario, para ocupar el asiento en el directorio en representación de las empresas concesionarias y consiguió el visto bueno del SUPA Puerto San Martín para compartir el monopolio de la estiba con la Cooperativa de Trabajos Portuarios.