“Intimidaciones, disparos y robos al personal y a los alumnos no pueden ser parte de la cotidianeidad de la escuela”. Con esta frase Martín Lucero sintetizó los motivos que llevan a Sadop Rosario a solicitar una reunión urgente con el Ministerio de Seguridad de la provincia de Santa Fe. El mismo ya había sido efectuado el pasado martes cuando se realizó un acto en la Plaza San Martín bajo la consigna “queremos educar y trabajar en paz”.
Los hechos que referencian desde Sadop se centran en los tiros que se sucedieron frente al colegio San Luis Gonzaga y que determinaron el levantamiento de las clases hasta el próximo lunes, los robos a alumnos y docentes en las inmediaciones de Santo Tomás de Aquino y lo sucedido con la mochila de la docente de General Manuel Savio.
“Exigimos a las autoridades políticas una respuesta inmediata a esta situación y reforzamos el pedido de ser atendidos por las autoridades del Ministerio de Seguridad. Lo peor que puede pasarnos como sociedad es naturalizar estos hechos “, sentenció Lucero. Y agregó: “Es inconcebible que la comunidad educativa tenga miedo de ir a la escuela, que niños, niñas, adolescentes, maestros, maestras, profesores, personal directivo, personal no docente y familias, tengan miedo de ir a un establecimiento escolar ante la eventualidad de sufrir un hecho de inseguridad, un hecho de violencia; y ayer tuvimos dos. Evidentemente la política no funcionó”.
Desde Sadop Rosario además sostienen que “ya no alcanza con la saturación policial; debe dar respuestas el gobernador, los responsables del Poder Judicial, los responsables del Poder Legislativo y si es necesario que vengan a vivir a los barrios para garantizar que la gente vaya a la escuela. No hay otra solución. Si el Estado no tiene presencia, la presencia las tiene las bandas criminales y si las bandas criminales son quienes comandan el territorio, la educación se vuelve un derecho ilusorio porque nadie va a poder ir a la escuela”.
Desde el sindicato que nuclea a los docentes particulares, hay una convicción y es que, a partir de la pacificación de la escuela se pueda volver a pacificar la sociedad.