El representante argentino del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en Brasil, Gabriel Delgado, dijo que la Argentina es el segundo país del mundo con más recesiones después del Congo y que todas fueron por problemas de comercio exterior. El economista, exsecretario de Agricultura de Cristina Kirchner y que sonó en su momento para volver a ese cargo con la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía, explicó que es “inentendible” cómo hay “colegas” suyos que todavía piensen que los problemas de la coyuntura económica local no pasen por incrementar las exportaciones
Durante el Seminario sobre Oportunidades para el Desarrollo Federal, que organiza el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, deslizó que para solucionar los problemas de la coyuntura macroeconómica “lo que tiene que hacer la Argentina es exportar más”, sobre todo “con los problemas de falta de exportaciones”. Además, habló de mejorar la bioeconomía y explicó los principales ejes para potenciar al sector agropecuario.
Hay relatos que perduran y desenfocan la mirada, pero lo cierto es que “la salida de la Argentina es con exportaciones y no limitándolas”, dijo el especialista. Eso implica cambiar las políticas e implementar medidas similares a las que se dieron en otros países que declararon al sector agroindustrial como estratégico.
Tal es el caso de Brasil. Entre 2010 y 2021 su PBI total creció 7,4%, pero el del sector agroindustrial mucho más: aumentó un 36%. En el resto de los países de la región no se dieron semejantes saltos, aunque sí creció la producción.
En ese lapso, el PBI agropecuario de Chile creció un 27%, el de Paraguay un 17% y el de Uruguay un 10,5%. Mientras tanto, el PBI total argentino entre 2010 y 2021 creció 2,8% y el agropecuario solo 0,1%.
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La Fuerza estratégica de las PymesLa economía argentina entró en crisis junto a la par de la mundial de 2008, y se agravó a partir de 2010/2011 cuando reapareció el desdoblamiento cambiario.
Desde entonces la crisis fue cada vez más profunda y los cambios en el rumbo macro y sectorial se incrementaron. También lo hicieron las intervenciones en los mercados, que no llevaron más que a profundizar la situación.
“La Argentina es el segundo país con más crisis económicas en el mundo en las últimas 5 décadas. Solo la supera el Congo”, afirmó Delgado.
La descripción de lo que pasó y de la coyuntura son pesimistas, pero Delgado cree que hay futuro. “La bioeconomía, es decir la economía del sector agropecuario, y su industria asociada son las claves de la refundación”, sostuvo.
Al respecto consideró: “Tenemos energía para el consumo, pero podemos exportar cantidades crecientes con las inversiones en marcha o por hacer, podemos crecer en producción de carne y, si el clima ayuda, el año que viene quizás tengamos una cosecha récord o al menos buena”.
Delgado agregó que con cambios en las políticas que “impulsen al sector se podrían incrementar exportaciones por 20.000 a 25.000 millones de dólares”, y destacó que hay muchas chances en varios rubros como la carne vacuna. “Si hay un plan consistente en pocos años podría generar ingresos por más de 5.000 millones de dólares”, señaló.
Para que el sector comience a recorrer el camino del crecimiento, que arrastre a la economía local consigo, es necesario que se implementen políticas consecuentes con ese objetivo y que se lo considere como un sector estratégico al igual que lo han hecho otros países del mundo.
Antes de finalizar, mencionó que hay un trabajo muy importante y desafiante de los Estados para tratar de aprovechar todas las oportunidades que el mundo ofrece. Precisó que el desafío de los US$100.000 millones anuales que se propone el CAA con el Plan de Fomento de las Agroindustriales lo tiene mucho más cerca de lo que se cree.
“A veces me pregunto, ¿ya no estaremos exportando más de 100.000 millones? Ustedes me entienden… Creo que es uno de los principales desafíos que tienen las urbes, porque los dólares que se producen en el interior a partir de la bioeconomía son los que consumen las urbes; no son los que consume el sector. Esto es una política muy fuertemente ligada a las ciudades”, planteó.