¿Alguna vez te has preguntado cuál es la diferencia entre el límite de compra en cuotas y el límite de financiación de tu tarjeta de crédito? Comprender estas opciones puede ser clave para tomar decisiones financieras inteligentes y evitar problemas en el futuro. En este artículo, te explicaremos las diferencias clave entre estos dos límites y cómo pueden afectar tus finanzas personales. También te proporcionaremos consejos prácticos para utilizar ambos límites de manera efectiva, así como para planificar tu presupuesto y no excederte en los límites. Si quieres saber más sobre cómo gestionar tus tarjetas de crédito, te invitamos a visitar infotarjeta.net. En este sitio web, encontrarás información actualizada sobre tarjetas de crédito, préstamos, seguros y mucho más.
¿Cuáles son las diferencias clave entre el límite de compra en cuotas y el límite de financiación?
Aunque algunos bancos establecen el mismo límite para la compra en cuotas y la financiación, es importante saber que no son el mismo concepto. De hecho, para potenciar y dar apoyo a la compra en cuotas son muchos los bancos que establecen un límite mayor de compra en cuotas que de financiación.
Sin embargo, empecemos por el principio, ¿Qué es cada uno?
El límite de compra en cuotas se refiere al valor máximo de compras pendientes que el banco permite tener, que se van pagando cada mes en las cuotas marcadas.
Si tu banco establece un límite de compra en cuotas de 10.000 pesos y compras algo que vale 5.000 pesos y vas a pagar en 10 cuotas de 500 pesos, el primer mes tendrás un saldo en cuotas disponible de 5.500 pesos, pues ya habrás pagado la primera cuota, y de 6.000 al siguiente, y así que hasta que pagues la última cuota y tu límite vuelva al 10.000 inicial.
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Pullaro el más Peronista de los RadicalesPuedes tener varias compras en cuotas siempre y cuando su valor total no supere el límite que tu banco marca en ese sentido.
Por otro lado, el límite de financiación se refiere, normalmente, a cuál es el valor máximo a pagar que puedes tener al mes.
Siguiendo el ejemplo anterior, si el límite de financiación de tu banco fuese también de 10.000 pesos, con esa misma compra tendrías un límite mensual de 9.500, pues es lo que queda disponible después de restarle la cuota de 500 que tienes que pagar cada mes.
Lo más habitual es que estos dos límites sean independientes, permitiendo así que las compras en cuotas se acumulen siempre y cuando su valor y el de los otros gastos no supere el límite de financiación total mensual.
¿Cómo utilizar ambos límites de manera efectiva?
Es importante saber utilizar estos dos límites de la forma más efectiva posible para maximizar su utilidad. Teniendo en cuenta el estado de la inflación, comprar en cuotas suele ser siempre una buena opción en Argentina, pero se hace necesario jugar de forma óptima con los límites para no verse superado por las cuotas.
Si tienes todo tu dinero y cobros en el banco, no deberías dejar que el monto mensual de la suma de tus cuotas se acerque al límite total de financiación, pues eso te dejaría sin apenas capacidad de maniobra para afrontar otros pagos o urgencias.
Del mismo modo, aunque los pagos en cuotas son más convenientes cuantas más cuotas sean mientras no haya intereses, recurrir a pagos en demasiadas cuotas puede acabar haciendo que tu límite de cuotas se alcance enseguida, incluso si tu banco te ofrece un límite más alto de pago en cuotas que de financiación.
Consejos prácticos para no excederse en los límites y planificar el presupuesto.
Para poder llevar la economía de cada uno de la mejor forma posible, es importante seguir algunos consejos generales:
Identifica y organiza tus gastos personales y del hogar. Es imposible organizar el dinero si no se sabe en qué se gasta cada mes. Es necesario empezar por lo más tedioso: hacer una lista exhaustiva de cada gasto y con qué regularidad se hace. A final de mes, podrás ver cuánto gastas en recibos, en comida y en cada otra cosa. Después de 2 o 3 meses identificando y clasificando estos gastos, podrás tener una idea bastante aproximada de cuánto dinero vas a invertir en cada cosa por adelantado.
Asigna un valor de prioridad a tus gastos. Haz una lista del 1 al 5 y dale a cada gasto un valor de importancia según cómo de importante es pagarlo primero y cómo de necesario es. Si necesitas recortar gastos, sabrás rápidamente de dónde debes hacerlo.
Intenta marcarte un margen de seguridad. Si la cosa va a peor, puede que algunos meses tengas que asignar un porcentaje mayor de tu dinero disponible a los gastos de máxima prioridad que no pueden evitarse.
Intenta ahorrar o, mejor aún, invertir. Si te sobra dinero a final de mes, lo mejor es ahorrarlo o, mejor aún, invertirlo en algo que te genere beneficios o puedas revender más adelante por un valor mayor. Es una forma de estar cubierto ante imprevistos y emergencias.
No hay problema en acercarse al límite de pago en cuotas mientras tu economía te lo permita, pero acercarte demasiado al límite de financiación puede llevarte a situaciones incómodas en que necesites pagar algo y la tarjeta no te lo permita. Deja siempre todo el margen posible ahí.
¿Cuál es la mejor opción para tus necesidades financieras?
Busca siempre un banco que te ofrezca unos límites lo más amplios posibles con los intereses más bajos. Concretamente con el pago en cuotas, interesa potenciarlo cuanto puedas por todos los beneficios que supone, pero solo cuando se mantenga libre de intereses.
¿Cómo planificar tus compras a largo plazo con el límite de financiación?
Planificar teniendo en cuenta el límite de compra en cuotas es sencillo: se podrá comprar algo nuevo o no, así de sencillo, siempre que haya límite disponible. Con el límite de financiación, sin embargo, no es tan fácil: puedes verte atrapado por unas cuotas demasiado altas que ahogan casi todo tu límite mensual por sí solas, dejándote sin dinero para pasar el mes.
Siguiendo los consejos de antes, organiza y planifica tus gastos de forma que el pago mensual en cuotas no supere nunca la cantidad que queda de restar tus pagos mensuales de primera necesidad a tu límite de financiación.
En este cálculo, lógicamente, conviene dejar un margen lo más amplio posible para poder afrontar pagos menos urgentes sin tener que apretarte el cinturón en exceso, pero es una línea roja que no debes superar nunca.