Investigación especial

Desencanto y afectación patrimonial en el Banco Nación

Desencanto y afectación patrimonial en el Banco Nación

El escándalo del banco más grande del país apenas ha comenzado. Hay un profundo desencanto de empleados, sin distinción de jerarquías, ideologías, creencias o clase que los cruza y, es una herida común respecto del cuidado de “la casa”, como le dicen.
El escándalo del banco más grande del país apenas ha comenzado. Hay un profundo desencanto de empleados, sin distinción de jerarquías, ideologías, creencias o clase que los cruza y, es una herida común respecto del cuidado de “la casa”, como le dicen.

Por Bernardo Basombrío, especial para SL24 (*)

Giuseppe di Lampedusa fue un hombre de la primera mitad de siglo pasado. Autor de una única novela titulada “El gatopardo”, ambientada en la Unificación italiana. El gatopardismo, es lo que ha pasado a definir el cinismo con el que los partidarios del Antiguo Régimen se amoldaron al triunfo inevitable de la revolución, usándolo en su propio beneficio.

Hay tres distinciones básicas que transitan al tema y no deben dejar de tenerse en cuenta. La primera es la diversidad de lo que la prensa dice sobre el caso, sin atender por completo la fidelidad y el foco de los elementos que la justicia tiene. Son andariveles y resonancias diferentes.

La segunda, descubre una enorme mayoría silenciosa de empleados frente a aquellos que se proponen minar años de trabajo personal con el que han sostenido proyectos de vida y familia. Es una porción dispuesta a empujar un cambio real. Ya aparecen voces de otros organismos del Estado que miran con respetuosa atención, prestos a apoyar ya que es una matriz corrupta y repetida.

La tercera es que, quien escribe ha radicado una denuncia en la Justicia, aportando documentos incuestionables. Es otro cantar que corta el amarillismo sensacionalista y los “se dice que…”. La Fiscalía en lo Correccional y Criminal número 4 se va a pronunciar a través de sus actos con base a la Ley, muy pronto. Comodoro Py tiene la palabra.

El repaso aclara el presente, y conduce al futuro referido. Veamos.

La situación de Silvina Batakis, y del directorio del banco es comprometida a sola firma. Más allá de que, Sergio Massa le haya pedido explicaciones e indicado a que apague el incendio de la numeróloga. Una alianza subterránea los tiene con Sergio Palazzo, y María del Carmen Barros. Aquí es que se entiende por inaceptable la devolución a conductas corruptas sin castigos.

Batakis no se inmuta. Mantiene con liviandad desvergonzada su cargo y, apartó de sus funciones a la gerente de los gastos superfluos por cuenta del banco. Dicho sea de paso, además, se habla de otro desembolso, el del personal trainer, por lo que hay que remitirse a las pruebas. Para no salirnos del hilo a esta saga, la decisión adoptada con la gerente es una tomada de pelo que ruboriza por significar que Barros, a un año de jubilarse, seguirá cobrando su sueldo y deambulando por pasillos, acaso como nexo para las necesidades de La Bancaria.

Repito lo dicho a la Fiscalía: Batakis ha incurrido, al igual que Barros, en el delito de nepotismo, al nombrar a su pareja –relación de primer grado-, Karina Angeletti, con carácter de planta permanente. Es decir, deben echarla e indemnizarla, lo que moja la oreja de los lectores.

La “griega” colocó a Héctor Javier Silva, padre de su hijo, en el área de sistemas. El enojo de los empleados es mayúsculo: no es como se defendió oficialmente este nombramiento, atento a cualidades de razón profesional. Múltiples voces aseguran que sobran esas capacidades entre los recursos humanos de la institución.

Barros, se ha retirado de las redes sociales, pero no hizo lo propio con su vergüenza ni los familiares nombrados. Además de su ex chofer y novio, Juan Manuel Romero, está Juan Pablo Pedemonte, su hijo, en la red de sucursales; a María Belén Salinas, su nuera en Denuncias de Violencia; a Nadia Requena, que la asiste. Ella es la mujer de Martín Fernando Haman; un ahijado de Barros -como lo es Wado de Pedro de Cristina Fernández-, en el Departamento de Ética.

Pedemonte asiste al subgerente general, Jorge Javier Peralta, un hombre de Sergio Palazzo, que ascendió como por un ascensor privado.

El pasado 11 de septiembre indicó por teleconferencia a empleados a dejar el puesto de trabajo para apoyar a Sergio Massa con el tema de Ganancias tomando la vía pública. El candidato presidencial devolvió agradecido con mensajes por redes sociales. El perjudicado tránsito porteño, se irritó una vez más. Así se entienden los apoyos recíprocos y, la entrega del banco.

Sergio Palazzo y María del Carmen Barros

El círculo, por ese lado, se termina de acorazar con Maximiliano Piantanida, gerente de RRHH; otra vertiginosa carrera, bendecida por Palazzo.

El Decreto 93/2018 de nepotismo, emplaza en 30 días a retirar del cargo, a los nombrados. Además, los cargos ocupan lugares muy sensibles que blindan la conducción de los destinos del banco y, ejercen graves arbitrariedades sobre quienes no se presten a hacerlo.

Asimismo, cuando Barros se arregló su sueldo, con la resolución del 28 de julio pasado, lo hizo retroactivo al 1 de enero.

Carlos Rovetto fue designado con todas las de la ley como sucesor de Barros. Tiene varios desafíos urgentes con la papa caliente en sus manos. El primero, exhibir carácter y transparencia. Como eslabón inmediato de Barros conoce muchos actos administrativos y, los firmó ineludiblemente con Alejandra Closas. Son responsabilidades que requieren explicaciones. Batakis le pidió “no tener líos hasta las elecciones, por lo menos”.

Además, el ascenso natural bajo su ala ya viene mal parido. Es decir, está obligado a una purga inexorable, para su credibilidad. El tiempo es breve y, la paciencia también menor.

Su sucesor es Jorge Nappe, hombre de Barros, que tiene la anomalía de trabajar con su primo hermano, Ricardo Caccia, llegado a la matriz desde la sucursal de la calle Florida. Las normas del banco las prohíben expresamente.

Hacen compras y contrataciones. Por ejemplo, sin licitación pública, las facturas de carrozado de blindados observan un sobreprecio del 10%, aproximadamente. La Justicia está analizando diversas operaciones en base a los elementos aportados por quien escribe.

A propósito, obró un disparatado encargo de carrocerías blindadas de 2,70 metros de alto, a sabiendas que la entrada de los camiones al edificio no puede ser mayor a 2,60 metros. No hace más que aumentar las sospechas en la torpeza con la empresa que habitualmente los hace. Carrozar a cada uno cuesta u$s 100.000.- sin impuestos.

Una de las cuerdas más sensibles por la afectación patrimonial que toca al Nación, es la discontinuidad del uso de la marca de la Tarjeta Nativa dispuesta por el directorio. La consultora CEOP Latam, presentó en noviembre de 2020 un “Estudio de posicionamiento de la marca Nativa en el contexto de la competencia; presentación cuali – cuantitativa”.

Desde su origen, en el 2003, fue muy importante la inversión que se llevó a cabo para su desarrollo, que la ubicó entre las primeras tres del mercado, y en muchos aspectos por encima de Visa y Mastercard.

La marca-producto Nativa adquirió un valor como activo intangible de gran relevancia para el Nación y, su discontinuidad produjo una afectación patrimonial significativa sobre los estados contables de la entidad.

En los considerandos y en la Resolución no hay argumentos que justifiquen la medida adoptada, más allá de discontinuarla. Entregaron el posicionamiento en el mercado a Visa y Mastercard, cuyos logos estaban detrás del plástico de Nativa.

El perjuicio material es incalculable, si se tiene en cuenta que el Masterplan diseñado con el proceso de posicionamiento de la marca propia, preveía la formación de una centralizadora propia, que permitiría crear una exposición de comisiones de intermediación comercial exponencial, habida cuenta a que iba en orden a contar con una red comercial propia de terminales de pago.

Esto último es motivo de competencia con Banelco (Visa) y Link (Mastercard), de la cual el banco es rehén del mal servicio y, obligado a continuar por ser accionista de la sociedad, con participación de sus directores.

El estudio de la consultora fue determinante por sus elogios. Invertir en una marca, es buscar la manera de potenciarla. Darla de baja es contrario al mercado. Así y en su caso, la Tarjeta Naranja impulsó Naranja X.

La decisión suena premeditada ya que su baja abrió la puerta a que se gestara y diera origen a la marca BNA+, que se apalancó en el convenio de digitalización más importante del Nación. Las fuentes hacen apreciación de que la afectación patrimonial es un combo mayor a la sucedida en los años 90 en el contrato IBM-BNA.

El directorio de Eduardo Hecker firmó la Resolución del 22 de julio de 2021 con el aval de las firmas de los gerentes Gastón Norberto Álvarez, María del Carmen Barros, Martín Román Rayib, entre otros, con una consideración en contrario al de la consultora, discontinuando la Tarjeta Nativa. La Justicia está tras ello.

En contexto y en la otra punta del negocio atacan –La bancaria detrás de ello- a Mercado Libre, por ser la principal fuente de acceso a los bienes; el modo de pago es Mercado Pago con tarjeta de crédito.

Lo que está pasando no es menor. El Juez Rafecas tomó la denuncia de Ocaña e hizo un allanamiento en subsidio a solicitud de Marijuán. En tanto, la Fiscalía de Stornelli trabaja con los elementos que aporté a la justicia, en soledad y bajo la firma de quien escribe.

El desencanto está vivo: el 11 de octubre a las 12.30 los empleados invitan a familiares, amigos y ciudadanos que quieran acompañarlos, sin actividad gremial ni partidaria, con banderas argentinas. Se cantará el Himno Nacional.

¡Ah, el gatopardismo, Batakis! De acá viene el uso de la expresión: “Que todo cambie para que todo siga igual”.

(*) Bernardo Basombrío, periodista, editor y escritor.

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