En una nueva emisión del ciclo Up River en Fisherton Plus, el economista y especialista en infraestructura portuaria Ricardo Sánchez dejó un diagnóstico preocupante sobre la situación argentina: “Si el país hubiera crecido con eficiencia desde la primera licitación de la Hidrovía, hoy tendría un ingreso per cápita similar o incluso superior al de algunos países de la Unión Europea”.
Para Sánchez, la falta de inversión en infraestructura es el principal obstáculo para que Argentina alcance un desarrollo sostenido. Comparó la situación local con la de Corea del Sur, país que logró un crecimiento récord en dos décadas gracias a una inversión sostenida del 7% al 8% del PBI anual. Mientras tanto, Argentina apenas destina el 1,5%, y en los últimos 30 años rara vez superó el 2%.
“Argentina debería invertir más del 5% del PBI para revertir su crisis de infraestructura”, aseguró, aunque reconoció que el cambio no será inmediato. Lo que no debe ocurrir, advirtió, es que el porcentaje de inversión continúe bajando, porque eso condenaría aún más al país a la ineficiencia y la falta de competitividad.
Hidrovía y el impacto de una infraestructura deficiente
Uno de los puntos centrales de su análisis fue la Hidrovía Paraná-Paraguay, un eje clave para la economía argentina que ha sido postergado por disputas políticas y falta de planificación. “No se puede seguir demorando la Hidrovía, pero tampoco hay que verla de manera aislada. El desarrollo debe ser integral, con inversión en rutas, ferrocarriles y logística”, subrayó.
Sánchez recordó que la primera licitación de la Hidrovía permitió el ingreso de barcos más grandes y eficientes, pero no estuvo acompañada por mejoras en la red de transporte terrestre. “Si Argentina hubiera crecido con eficiencia desde entonces, hoy tendríamos un ingreso per cápita equiparable al de varios países recientes de la Unión Europea”, insistió.
Romper el mito de que no se puede invertir
El economista también desmintió la idea de que la inversión en infraestructura tiene un retorno de largo plazo. Según sus cálculos, de cada 100 invertidos, el Estado recupera un 40% en impuestos en el corto plazo. “Mucha inversión puede ser privada, pero el presupuesto público debe acompañar. No invertir es perder competitividad y condenar al país al atraso”, explicó.
Por último, Sánchez se mostró preocupado por el clima de confrontación en torno a la Hidrovía. “Se nota una violencia verbal y falta de diálogo que me preocupa mucho. Hay que promover el consenso para avanzar en soluciones estratégicas”, concluyó.
El mensaje es claro: sin inversión en infraestructura, Argentina seguirá perdiendo oportunidades de desarrollo. Mientras el país se estanca en debates políticos y soluciones parciales, la infraestructura clave para su crecimiento sigue esperando decisiones firmes y estratégicas.