El mercado inmobiliario de Rosario atraviesa un fuerte ajuste en los precios de los alquileres, impulsado por la creciente demanda y la falta de oferta de viviendas accesibles. Hoy, alquilar un departamento de un dormitorio en la ciudad puede costar entre $250.000 y $400.000 por mes, dependiendo de la ubicación y las condiciones del inmueble.
La desregulación del mercado locativo, implementada con la derogación de la Ley de Alquileres, permitió una mayor flexibilidad en los contratos y acuerdos entre propietarios e inquilinos. Sin embargo, esta medida no logró contener la escalada de precios, que sigue marcando récords.
El impacto de las expensas y la presión fiscal
El costo de las expensas se ha convertido en un factor determinante a la hora de alquilar. En algunos edificios, estas representan entre un 20% y un 30% del valor total del alquiler, afectando la capacidad de pago de los inquilinos. A esto se suma la carga impositiva que enfrentan los propietarios, quienes trasladan esos costos al valor del alquiler.
Propiedades usadas, la mejor opción para comprar
Mientras tanto, el mercado de compra y venta de propiedades muestra signos de reactivación. Con los costos de construcción en alza, muchos compradores optan por propiedades usadas, cuyo valor por metro cuadrado es significativamente menor que el de una unidad nueva.
Un panorama incierto para los inquilinos
El déficit habitacional en Argentina, estimado entre 3 y 4 millones de viviendas, sigue siendo un problema estructural sin solución a la vista. Mientras tanto, los inquilinos enfrentan una realidad cada vez más compleja, con precios elevados, contratos más exigentes y la incertidumbre de un mercado en constante cambio.
Desde el sector inmobiliario aseguran que el Gobierno debe generar condiciones para facilitar el acceso a la vivienda, ya sea mediante incentivos fiscales, créditos hipotecarios accesibles o políticas que promuevan la inversión en alquileres a largo plazo.
¿Cómo seguirá la tendencia en los próximos meses?
Las inmobiliarias advierten que, de no haber un freno en la inflación y en los costos de mantenimiento, los alquileres seguirán subiendo. Con cada vez menos opciones accesibles, la pregunta que queda en el aire es: ¿quién podrá pagar para vivir en Rosario?