Daños colaterales

Sin certezas sobre Vicentin, la Unión Agrícola evita almacenar girasol en sus silos

Sin certezas sobre Vicentin, la Unión Agrícola evita almacenar girasol en sus silos

El logo de Vicentin una torta de Girasol. Fue históricamente el principal productor de aceite del país
La incertidumbre sobre la continuidad de Vicentin complica la logística del girasol en plena cosecha. La Unión Agrícola de Avellaneda, principal comprador y proveedor de fasones en Ricardone, evita utilizar los silos de la empresa por miedo a que la mercadería, valuada en millones, quede atrapada. Mientras tanto, amplia al almacenamiento alternativo en la ex Buyatti el de la Unidad 6 de Rosario.
La incertidumbre sobre la continuidad de Vicentin complica la logística del girasol en plena cosecha. La Unión Agrícola de Avellaneda, principal comprador y proveedor de fasones en Ricardone, evita utilizar los silos de la empresa por miedo a que la mercadería, valuada en millones, quede atrapada. Mientras tanto, amplia al almacenamiento alternativo en la ex Buyatti el de la Unidad 6 de Rosario.

La cosecha de girasol en la región enfrenta un problema inesperado: la incertidumbre sobre el futuro de Vicentin ha llevado a la Unión Agrícola de Avellaneda (UAA) a evitar el uso de los silos de la empresa, por temor a que la mercadería quede bloqueada en caso de una quiebra.

Como principal comprador del grano y proveedor de fasones para la planta de Ricardone, la UAA juega un rol clave en la logística de la producción, pero la crisis de Vicentin ha cambiado las reglas del juego. La falta de certezas sobre la continuidad de la firma llevó a la cooperativa a buscar nuevas opciones de almacenamiento ante el riesgo de que sus granos queden inmovilizados dentro de una empresa que podría no seguir operando.

Para enfrentar la situación, cerró un contrato de alquiler en el predio de la ex Buyatti y está en negociaciones para utilizar infraestructura en la Unidad 6 de Rosario, concesionada por Servicios Portuarios. Este cambio de estrategia refleja la desconfianza en el futuro de Vicentin y la necesidad de tomar precauciones en un momento crítico de la campaña agrícola.

El girasol: un desafío logístico y de seguridad

El girasol no solo es un producto de alta demanda, sino que también presenta dificultades de almacenamiento debido a su elevada inflamabilidad. Su manejo requiere condiciones específicas para evitar riesgos de combustión espontánea, lo que limita las opciones de almacenamiento seguro.

La incertidumbre en torno a Vicentin ha obligado a los operadores a redistribuir la logística del girasol, lo que implica mayores costos, más tiempo de traslado y menor eficiencia en la cadena de producción. Si bien la UAA ha encontrado alternativas temporales, la situación sigue siendo preocupante y cualquier demora podría afectar el normal abastecimiento de la industria.

Una semana clave para Vicentin

El temor en el sector no solo se debe a la cosecha de girasol. Esta semana será crucial para definir el futuro de Vicentin, con tres factores que pueden marcar su destino:

1️⃣ Falta de caja: Sin financiamiento, la empresa no podrá sostener su operatividad, y la posibilidad de una quiebra se vuelve más real.

2️⃣ Decisión de los estratégicos: ACA, Bunge y Viterra, actores fundamentales en la continuidad de Vicentin, deberán decidir si mantienen los contratos de fasón o si toman otro rumbo.

3️⃣ Recurso extraordinario ante la Corte Suprema de Santa Fe: La empresa busca llegar a la Corte Suprema de la Nación, pero sin los contratos de fasón de los estratégicos no hay recursos para soportar el tiempo de espera y la quiebra es el destino de la empresa.

Si no hay una solución rápida, la empresa quedará en jaque, lo que no solo impactará en su continuidad sino también en toda la cadena agroindustrial que depende de su infraestructura.

¿El principio del fin?

La crisis de Vicentin sigue escalando y afecta directamente a productores, acopios y cooperativas, que ahora buscan alternativas para evitar quedar atrapados en el colapso de la firma.

El girasol es el primer grano que enfrenta esta crisis logística, pero si la situación no se resuelve, podría repetirse con otros cultivos, generando un impacto aún mayor en el sector agroindustrial del país.

El temor de la Unión Agrícola de Avellaneda es una señal de alerta: los actores del sector ya no confían en la continuidad de Vicentin y buscan proteger sus intereses antes de que sea demasiado tarde. La pregunta clave es si la empresa podrá sostenerse una semana más o si el desenlace es inevitable.

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