La inseguridad vial sigue dejando un saldo trágico en las rutas santafesinas. Un reciente informe del Observatorio de la Agencia Provincial de Seguridad Vial expone una realidad alarmante: durante el año pasado se registraron 47 siniestros viales fatales en los tramos provinciales de las rutas nacionales 34 y 11, con un total de 60 víctimas fatales, muchas de ellas menores de 50 años.
Las cifras reflejan una preocupante concentración de accidentes mortales. En la Ruta 34, se produjeron ocho muertes cada cien kilómetros. En la Ruta 11, el índice fue de cinco fallecidos por cada cien kilómetros. Ambos corredores atraviesan la región centro-norte de la provincia y se consolidan como puntos críticos en materia de seguridad vial.
En la Ruta 34, el 60% de los siniestros ocurrieron en el tramo central, destacándose localidades como Ybarlucea, Rafaela y Lehmann. En la Ruta 11, los accidentes fatales se concentraron en el centro-norte, con episodios trágicos en Oliveros, La Criolla y Las Garzas.
Detrás de cada número hay historias de dolor. La mayoría de las víctimas viajaban en autos o motos y perdieron la vida tras impactar contra camiones u otros vehículos. En la Ruta 34, 16 personas murieron por colisiones con camiones. El 45% de las víctimas fatales tenía entre 20 y 40 años, lo que revela un golpe especialmente duro sobre la población joven. Además, la mayoría de los siniestros se produjeron durante la noche.
En contraste, en la Ruta 11 los accidentes ocurrieron mayormente durante el día, con las motos como protagonistas en numerosos choques fatales. Las colisiones con autos y camiones siguen siendo la principal causa de muerte.
Las rutas 34 y 11 no solo son ejes claves para el transporte provincial y nacional: hoy también son escenarios repetidos de tragedias evitables. Las cifras no dejan margen de duda: es urgente tomar medidas concretas, coordinadas y sostenidas para frenar la escalada de muertes y transformar estos corredores en vías verdaderamente seguras.
