El pasado martes 1 de julio, se desarrolló en los Tribunales de San Lorenzo una nueva audiencia clave en el marco de la investigación por el femicidio de Sofía Delgado. La instancia fue presidida por el juez Eugenio Romanini, con la participación del fiscal Carlos Ernesto Ortigoza y los abogados querellantes Gabriel Filippini y María Laura Maderna.
El principal acusado, Daniel Mordini, pidió declarar, pero su testimonio fue duramente cuestionado por la querella, que lo calificó como una “puesta en escena plagada de mentiras”.
“No creemos en absoluto lo declarado por el imputado Mordini, claramente no vino a ejercer su derecho de defensa, sino a mentir en la cara al Poder Judicial, al Ministerio Público de la Acusación, a esta parte querellante y los familiares de la víctima”, expresaron los representantes legales de la familia de Sofía.
Durante su declaración, Mordini afirmó que su amigo Alejandro Bevilacqua, también imputado en la causa, le confesó haber matado a Sofía y que él grabó esa admisión con su celular, pero luego “no recuerda” si el archivo fue borrado, si nunca lo guardó o si lo eliminó sin intención. Según dijo, Bevilacqua le dijo: “Se me fue la mano con Sofía”, y que “cuanto menos sepan, mejor”. La querella sostiene que esta versión es inverosímil y que Mordini está mintiendo deliberadamente para deslindarse del crimen.
El acusado también reconoció que, junto con su empleado Brian Bauman, trasladaron una bolsa con un “olor nauseabundo” desde su taller hasta un descampado en Ricardone, sin saber, según su relato, qué contenía. Sin embargo, la querella recordó que fue el propio Mordini quien indicó a los investigadores el lugar exacto donde fue hallado el cuerpo de Sofía, lo cual contradice su versión de que no recordaba dónde lo habían arrojado.
Bauman, por su parte, declaró que Mordini le advirtió: “Tené cuidado y no abras ese bolsón que mira si es esa piba que están buscando, que está desaparecida”. También aseguró que Mordini le ordenó dejar el celular antes de salir a tirar la bolsa y que, si la policía preguntaba, debía negar todo. “Este relato demuestra claramente la intención de encubrimiento y el conocimiento del contenido del bolsón”, enfatizó la querella.
Mordini relató que Bevilacqua vivía en el galpón del taller porque no tenía otro lugar, pero aseguró que solo tenía acceso al comedor y al baño. También intentó desvincular el lugar de cualquier actividad ilegal, diciendo que le prohibió llevar mujeres y que no permitía encuentros allí. No obstante, la querella aportó mensajes entre ambos donde se coordinaban los horarios de uso del lugar, lo que demostraría que Mordini estaba al tanto de todo lo que ocurría allí.
En otro tramo de su testimonio, Mordini aseguró que Bauman fue quien notó un fuerte “olor a podrido” proveniente del bolsón, lo abrió y dijo que “era demasiado grande para ser un perro y muy pequeño para ser una persona”. A pesar de la sospecha, ninguno dio aviso a la policía. Según Mordini, cuando quiso hacerlo, Bauman se negó por miedo a tener problemas. “Entonces le dije que traiga la camioneta. No lo revisamos, no lo vimos, nada. Lo llevamos hasta el frente del galpón. Yo solo quería terminar con eso. Me equivoqué”, declaró. La querella respondió que ese relato “es otra mentira más, construida para minimizar su participación y evadir responsabilidades”.
Mordini también dijo que Bevilacqua le hablaba constantemente de Sofía y de otras mujeres, que tenía “una obsesión sexual” con la joven, pero que él no sabía que estaba siendo buscada porque no miraba redes sociales. Sin embargo, previamente había afirmado no conocerla, y el propio Bauman lo desmintió afirmando que Mordini sabía que Sofía estaba desaparecida.
Uno de los momentos más contundentes de la audiencia se dio cuando la querella presentó mensajes de WhatsApp enviados por Bevilacqua a Mordini, donde se leen frases como: “Sellamos nuestra sociedad… Saquemos nuestra ira.” “Hagamos algo entre los dos con Sofía… ¿La sacrificamos?” “Nadie la va a reclamar, ni la madre la va a pedir.” “La hacemos acá entre los dos… después la liberamos y la amenazamos.” Ante el juez, Mordini trató de minimizar estos intercambios, sin dar respuestas claras.
Además, se lo interrogó por links que Bevilacqua le enviaba a través de WhatsApp con contenido pornográfico extremo, que llevaban a un sitio llamado “Safari”, donde se mostraban mujeres atadas de pies y manos, amordazadas, con cintas en zonas respiratorias. La querella remarcó la escalofriante coincidencia con el estado en que fue encontrado el cuerpo de Sofía: atada de pies y manos, con cinta y tapón bucal, envuelta en material aislante e introducido en un bolsón como los utilizados en el taller de Mordini. Ante esto, el imputado respondió que no abría ese tipo de contenido porque su celular era compartido con su familia y que no le gustaba la pornografía.
Como cierre de la audiencia, los abogados querellantes Gabriel Filippini y Laura Maderna fueron tajantes: “No creemos en lo más mínimo lo declarado por Mordini. No le creemos nada. Sus dichos lo comprometen aún más como uno de los autores materiales del hecho homicida. Vamos a seguir muy firmes requiriendo al juez Romanini que los tres imputados sean mantenidos en prisión preventiva hasta el juicio oral y público. En esta causa no hay lugar para silencios, no hay lugar para mentiras. No vamos a permitir que se encubran personas. Tenemos la obligación y la responsabilidad de hacer justicia por el brutal asesinato de Sofía Delgado.”