La empresa será constituida con una participación accionaria 50/50 entre ambas partes, y tendrá como objetivo desarrollar una biorefinería de última generación en el predio de la histórica refinería de San Lorenzo, donde hasta 2016 funcionó Oil Combustibles, de Cristóbal López, y previamente había operado Pérez Companc tras la privatización impulsada por el menemismo.
Una nueva etapa para un predio icónico
El proyecto contempla una inversión millonaria —alcanzada por los beneficios del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI)— que permitirá reconvertir el sitio en una planta industrial dedicada a la producción de SAF (Sustainable Aviation Fuel), el combustible alternativo que se perfila como el futuro de la aviación global.
El predio, inactivo desde la quiebra de Oil Combustibles, será reconvertido con tecnología de vanguardia, empleo calificado y una lógica productiva alineada con las nuevas exigencias ambientales del transporte internacional.
¿Qué es el SAF y por qué es clave para el futuro?
El SAF (Sustainable Aviation Fuel) es un combustible alternativo elaborado a partir de materias primas no fósiles, como aceites usados o residuos orgánicos. Aunque durante el vuelo emite la misma cantidad de CO₂ que el queroseno tradicional, su huella de carbono total a lo largo del ciclo de vida es hasta un 65% menor.
Además, produce menos emisiones contaminantes en tierra, como azufre y partículas, lo que contribuye a mejorar la calidad del aire en zonas aeroportuarias y urbanas.
Desde 2025, la Unión Europea exige que al menos el 2% del combustible utilizado en vuelos tenga origen sostenible, lo que abre una ventana estratégica de exportación para países productores como Argentina.
San Lorenzo, en el centro del mapa energético del futuro
La decisión de radicar el proyecto en San Lorenzo no es casual: se trata de una zona con infraestructura logística clave, vinculada a puertos, redes ferroviarias y acceso a materia prima. La inversión en esta planta no sólo recupera un predio industrial emblemático, sino que posiciona a la región como actor estratégico en el nuevo esquema energético global.
Santa Fe Bio no sólo busca reconvertir una refinería abandonada, sino también colocar a la Argentina en la primera línea del mercado de combustibles renovables, con impacto directo en generación de empleo, desarrollo tecnológico y posicionamiento internacional.