La investigación estuvo a cargo de la fiscal Melisa Serena, quien había imputado a ambos por un violento episodio ocurrido el 8 de septiembre de 2024. Según la acusación, esa madrugada, cerca de las 5.10, dentro de un boliche ubicado en la esquina de avenida San Martín y Salta, los acusados abordaron a un joven al que golpearon con un puño. Acto seguido, Ricardo L. exhibió un arma de fuego y lo amenazó de muerte, generando conmoción en el lugar hasta que personal de seguridad intervino y los retiró.
Minutos después, a las 5.30, ya en la vía pública, Ricardo L. fue sorprendido por efectivos policiales mientras portaba una pistola Bersa calibre .380 sin numeración visible, con un cargador de ocho cartuchos. Al advertir la presencia de los uniformados, intentó deshacerse del arma arrojándola dentro de un Renault Clio estacionado en calle Salta y General López.
Tras el juicio oral, el tribunal resolvió dictar la condena únicamente contra Ricardo L., mientras que Alan L. resultó absuelto.