La agroexportación cerró septiembre con cifras históricas: USD 7.107 millones ingresaron en concepto de liquidación de divisas, un crecimiento del 187% respecto del mismo mes de 2024 y del 291% frente a agosto de este año. En lo que va de 2025, el acumulado asciende a USD 28.500 millones, un 35% más que en igual período del año pasado.
El anuncio fue realizado por la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que representan el 48% de las exportaciones nacionales. En ese marco, su presidente, Gustavo Idígoras, puso el acento en la necesidad de encarar un debate de fondo: la eliminación definitiva de las retenciones.
Un régimen temporal que disparó las liquidaciones
Los números de septiembre estuvieron directamente influenciados por el Decreto 682/2025, que fijó una suspensión temporal de derechos de exportación para el complejo cerealero-oleaginoso hasta el 31 de octubre o hasta alcanzar los USD 7.000 millones en registros de contratos de exportación.
La condición se alcanzó en muy pocos días, lo que obligó al Gobierno nacional a cerrar anticipadamente el régimen. Según Idígoras, esta reacción confirma la enorme capacidad de la cadena agroindustrial de responder con rapidez cuando se generan las condiciones adecuadas.
“El agro tiene hoy una capacidad enorme de reaccionar. Lo demostró en septiembre con una liquidación récord en muy pocos días. Esto nos debe llevar a trabajar juntos como cadena de valor agroindustrial —productores, acopiadores, cooperativas, corredores, industria y exportación— para lograr una baja permanente de derechos de exportación con miras a su eliminación”, señaló el dirigente.
Retenciones cero como horizonte
El presidente de CIARA fue categórico: el desafío no pasa solo por administrar medidas transitorias, sino por construir un horizonte donde el complejo sojero, principal generador de divisas del país, funcione sin retenciones.
“La suspensión temporal de septiembre permitió mejorar los precios que recibieron los productores. Pero lo importante es que avancemos hacia un esquema de retenciones cero que potencie la competitividad, incremente la industrialización y genere más valor agregado en Argentina”, subrayó Idígoras.
El dirigente recordó que el complejo oleaginoso-cerealero, incluyendo al biodiésel y sus derivados, aportó en 2024 el 45% del total de las exportaciones del país, según datos del INDEC. El principal producto sigue siendo la harina de soja, seguida por el aceite de soja y el maíz.
Limitaciones estructurales
Más allá de la performance de septiembre, Idígoras advirtió que la Argentina continúa “estancada en su producción y en el crecimiento exportador”, dependiendo en exceso de las variaciones internacionales de precios para modificar su estructura exportadora.
“Tenemos que dar un salto de calidad como país. No podemos seguir dependiendo exclusivamente de los precios internacionales. Retenciones cero es parte de ese camino: significa estimular la producción, generar incentivos para la inversión y apostar a la transformación industrial”, señaló.
Un septiembre histórico
El comunicado de CIARA-CEC también recordó que el mes pasado se convirtió en el segundo mejor septiembre de la historia en liquidación de divisas, gracias al impulso extraordinario que generó el decreto. En apenas unos días, las empresas debieron ingresar hasta el 90% del valor de cada contrato de exportación registrado, lo que implicó un movimiento financiero y comercial sin precedentes.
Este mecanismo, que obliga a transformar las divisas en pesos de manera anticipada, permite a las empresas seguir comprando granos a los productores al mejor precio posible, generando un círculo virtuoso en toda la cadena.
Un llamado a la política
Idígoras no dejó pasar la oportunidad de enviar un mensaje al arco político: “Los dólares que aporta el agro son los que permiten estabilizar el mercado cambiario y sostener la economía en los momentos más críticos. Por eso, necesitamos un esquema tributario que no castigue a este sector sino que lo acompañe. Retenciones cero debe ser una meta de política pública, no solo un reclamo sectorial”.