El puerto de Montevideo cumple su quinto día de parálisis total a raíz de un conflicto entre los trabajadores de la Terminal Cuenca del Plata (TCP) y la empresa concesionaria, que exige el restablecimiento inmediato de la operativa tras la implementación de un nuevo sistema informático.
La situación, que comenzó el jueves 2 de octubre, generó un efecto dominó en la logística regional: al menos tres buques ya cancelaron su escala en Montevideo y descargaron en Buenos Aires, mientras otros tres analizan hacer lo mismo para mantener sus cronogramas hacia Europa y Asia.
Impacto directo en el sistema portuario del Río de la Plata
Desde una mirada argentina, el conflicto tensiona el equilibrio del sistema de puertos complementarios del Río de la Plata, donde Buenos Aires y Rosario ya absorben parte de la carga en tránsito que normalmente utiliza Montevideo como punto de trasbordo o consolidación de contenedores.
En los últimos días, las terminales porteñas reportaron un aumento en los movimientos de buques feeder que originalmente tenían escala en la capital uruguaya. Las líneas navieras priorizan el cumplimiento de sus itinerarios y buscan evitar demoras que encarezcan los costos operativos, en un contexto global de congestión marítima.
Un conflicto que escala y pone en riesgo empleos
El sindicato portuario uruguayo reclama garantías de estabilidad laboral y cumplimiento del convenio colectivo vigente ante la migración del sistema operativo de TCP. La empresa, en tanto, difundió un comunicado durante la noche del martes en el que dio un ultimátum a los trabajadores, advirtiendo que si la medida se mantiene “denunciará el convenio colectivo” y que los empleados podrían perder beneficios pactados.

En su mensaje, la compañía sostuvo:
“Aunque el sindicato lo niegue, con la caída del convenio hay mucho para perder”,
e instó a los trabajadores a “reflexionar” y retomar la actividad.
Reacción del gobierno y preocupación empresarial
El presidente Yamandú Orsi siguió de cerca el conflicto y mantuvo reuniones tanto con el gremio como con los directivos de TCP, sin lograr una salida. El Ministerio de Trabajo de Uruguay actúa como mediador en una instancia tripartita que también involucra al sector lácteo, en busca de soluciones simultáneas para ambos conflictos laborales.
La Unión de Exportadores del Uruguay (UEU) advirtió sobre “la grave situación” derivada de la paralización, que estiman genera pérdidas diarias superiores a los 400 mil dólares. Su presidenta, Carmen Porteiro, remarcó que el paro afecta tanto las salidas de exportación como el ingreso de insumos y equipamiento productivo, con impactos múltiples en la cadena industrial.
Por su parte, desde la Administración Nacional de Puertos (ANP), el director Jorge Gandini alertó que la prolongación del conflicto implica una “pérdida invisible de prestigio y ventajas competitivas” frente a otros puertos de aguas profundas de la región.