La diputada nacional del PRO por Santa Fe, Germana Figueroa Casas, participó del programa Up River en Fisherton Plus y dejó una serie de definiciones políticas y económicas que marcan su visión de país: un Estado eficiente, una Hidrovía competitiva, y una Argentina que no pierda la carrera tecnológica.
Con voz firme y argumentos técnicos, habló de la licitación de la Hidrovía Paraná–Paraguay, del presupuesto nacional, de la relación entre el Congreso y el Ejecutivo, y de los desafíos que enfrenta el sistema político frente al desencanto social. Pero, sobre todo, construyó un mensaje: “Si no recuperamos competitividad y confianza, el país no tiene futuro”.
La Hidrovía y el costo país
Desde su lugar en la Comisión de Transporte, Figueroa Casas fue categórica: la licitación anterior de la Hidrovía “se hizo mal, en el momento equivocado y con poco tiempo”.
Recordó que el proceso se lanzó “sin Congreso, sin debate, y con sospechas de direccionamiento”. Según explicó, la Procuraduría de Investigaciones Administrativas ya se había pronunciado sobre irregularidades en el proceso.
“Lo que más me preocupaba —dijo— era el impacto que tenía ese pliego sobre la producción santafesina. El costo de 4 dólares por tonelada transportada se trasladaba directamente al productor. Eso, para un país agroexportador, es insostenible”.
Su razonamiento parte de una lógica productiva: el precio internacional no lo fija Argentina, pero los costos internos sí. Por eso, una mala licitación en la Hidrovía no es solo un problema administrativo, sino una cuestión estructural para la economía.
“La ventaja logística que tenemos por la cercanía entre los puertos y la zona núcleo es clave. No podemos perderla por errores políticos o falta de transparencia”, enfatizó.
Política y técnica: dos planos que no deben confundirse
Para la diputada, una de las distorsiones más comunes en la discusión pública es la confusión entre lo técnico y lo político.
“Una empresa concesionaria no tiene que ocuparse de la seguridad o del narcotráfico. Eso es responsabilidad del Estado. Como tampoco hay que usar la Hidrovía como una herramienta de presión política o ideológica”, afirmó.
Y agregó: “Yo defiendo al productor, a quien genera valor. Porque cada costo adicional que le imponemos, se traduce en menos competitividad y menos trabajo”.
Figueroa Casas defendió que el nuevo proceso de licitación debe tener “pliegos realistas, sustentables y transparentes”, con plazos adecuados, obligaciones bien definidas y participación efectiva de los usuarios del sistema portuario.
El Congreso y el gobierno: diálogo o parálisis
Consultada por el estado de la relación entre el Ejecutivo y la Cámara de Diputados, Figueroa Casas fue directa:
“Empezó mal. No hubo diálogo. En el Congreso el número mágico es 129, y si no hay acuerdos, no hay leyes”.
Se refirió al caso de la Ley Bases como ejemplo de un inicio conflictivo, aunque valoró que “muchos diputados colaboraron para encontrar coincidencias”.
“Hubo mejoras, como la eliminación del aumento de retenciones. Pero después el vínculo volvió a deteriorarse, y el Presupuesto será la próxima prueba”, señaló.
En su análisis, la clave no es solo política, sino de gestión: “Un gobierno que no logra acuerdos legislativos se paraliza. Y si el país no aprueba su presupuesto, se queda sin plan económico”.
La diputada también mencionó la importancia de la Comisión de Presupuesto, que tiene plazo hasta el 4 de noviembre para emitir dictamen. “El diálogo no es una opción, es una obligación”, concluyó.
El PRO, Santa Fe y la construcción territorial
En la entrevista, Figueroa Casas reivindicó la identidad federal del PRO y su peso político en Santa Fe.
“Tenemos una alianza amplia. La vicegobernadora es del PRO, la primera candidata a diputada también, y eso nos permite tener una voz concreta en el territorio. A nivel nacional, el partido permitió que cada provincia decida sus alianzas, y eso fue muy saludable”, explicó.
Mencionó que durante la Convención Constituyente provincial el PRO logró que “muchas de sus propuestas sean escuchadas, aun siendo minoría”.
Y destacó que las críticas que realizan al gobierno nacional son “constructivas”: “No queremos destruir. Queremos que las cosas salgan bien. Lo que hacemos es marcar cuando algo puede hacerse mejor”.
Mauricio Macri, el PRO y el rol de la oposición
Figueroa Casas dedicó un tramo de la conversación a hablar del expresidente Mauricio Macri, a quien definió como “un estadista que siempre piensa en el país por encima de todo”.
Recordó una frase que, según dijo, guía su forma de hacer política: “Hay que hacer lo correcto, no lo conveniente”.
“Macri está siempre disponible, aunque a veces se lo cuestione. Y si él pidiera acompañarlo en un proyecto ejecutivo, muchos estaríamos dispuestos. Porque se trata de construir desde la experiencia, no desde el enojo”, afirmó.
Tecnología, innovación y futuro
Uno de los momentos más llamativos de la entrevista fue cuando la diputada habló del atraso tecnológico argentino.
“Nos estamos quedando afuera del mundo”, advirtió. “Mientras otros países prueban vehículos autónomos o incorporan inteligencia artificial en la gestión pública, nosotros seguimos discutiendo leyes obsoletas”.
Propuso que Santa Fe y Rosario sean un “sandbox” tecnológico, es decir, un entorno de experimentación regulado donde puedan probarse innovaciones sin necesidad de reformar toda la legislación.
“Tenemos universidades, capital humano, industrias, y una cadena de valor impresionante. Si no aprovechamos eso, estamos desperdiciando el futuro”, afirmó.
También señaló que la legislación sobre temas como los fitosanitarios quedó desactualizada frente a los avances tecnológicos, y que incluso normas como la Ley de Glaciares impiden explotar recursos como el cobre que podrían transformar la matriz exportadora.
“Chile explota su cobre con reglas claras. Nosotros tenemos leyes que lo prohíben. Así es imposible crecer”, sentenció.
Una política que inspire, no que expulse
Sobre el desencanto social y la caída de la participación política, Figueroa Casas fue autocrítica:
“El PRO generó mucho entusiasmo, pero también decepción. Muchos jóvenes hoy están más atraídos por Milei, y eso hay que entenderlo. Es enojo, no entusiasmo”.
Aun así, destacó el trabajo de jóvenes voluntarios en la Fundación Pensar y en la última Constituyente, y defendió la vocación de servicio público:
“La política es difícil. Te agrede, te expone. Pero el espacio que uno deja vacío, otro lo ocupa. Por eso hay que estar. Porque si los buenos se van, el poder lo toman los que no deberían”.
Reconoció que el enojo social es legítimo: “Es lógico que la gente esté harta. Somos un país rico que no sale adelante. Pero la salida no es romper todo, sino involucrarse y cambiar desde adentro”.
“Yo sigo creyendo en la política —cerró—. Porque es la herramienta que tiene la sociedad para transformar las cosas. Pero hay que hacerlo con verdad, con técnica y con respeto. No hay otro camino”.