El proceso se desarrolló en Reconquista, ciudad cabecera del departamento General Obligado, que debutó con el nuevo sistema de juzgamiento para delitos graves. Tras dos horas de deliberación secreta, los doce integrantes del jurado popular coincidieron en que Martínez cometió un homicidio calificado por ensañamiento, alevosía y violencia de género.
Acto seguido, en la audiencia de cesura, la jueza Claudia Bressán impuso la pena máxima prevista en el Código Penal, tal como lo habían solicitado los fiscales del MPA, Georgina Díaz y Valentín Hereñú. Ambos destacaron no solo la gravedad del caso, sino también el “compromiso ejemplar” demostrado por los ciudadanos convocados a integrar el jurado.
Un crimen brutal
De acuerdo con la investigación, el femicidio ocurrió entre las 8 y las 13 del lunes 8 de enero del año pasado, en una vivienda del asentamiento oeste del barrio Guadalupe. La víctima, una niña de apenas tres años, sufrió un severo traumatismo de cráneo producto de los golpes que le propinó el acusado. Murió al día siguiente como consecuencia de las lesiones.
Los fiscales describieron que Martínez actuó “sobre seguro”, aprovechando la absoluta indefensión de la menor, en un contexto de dominación y violencia sostenida. La autopsia corroboró la brutalidad de la agresión.
Un hito judicial en la provincia
Este fue el cuarto juicio por jurados realizado en Santa Fe, uno en San Cristóbal y dos en la capital provincial, y el primero en Reconquista. Para el Ministerio Público de la Acusación, el fallo marca un antes y un después en el sistema de justicia penal santafesino, no solo por la complejidad del caso sino por la contundencia del pronunciamiento ciudadano.
La condena a perpetua deja sentado un precedente en la aplicación del juicio por jurados para crímenes de extrema violencia, reafirmando el rol de la comunidad en la administración de justicia en la provincia.
