La Isla de los Mástiles es un pedazo de tierra que emerge en el río Paraná justo enfrente de las localidades de Capitán Bermúdez y Granadero Baigorria. A diferencia del resto, pertenecen a la provincia de Santa Fe (y no a Entre Ríos) y ambos municipios tienen jurisdicción compartida.
Por tal razones, diversas organizaciones ambientalistas, entre ellas el Movimiento Regional en Defensa de los Humedales, presentaron un proyecto para declarar dicho territorio como “Reserva de protección de la biodiversidad”, y lo hicieron formalmente en el Concejo Municipal de una y otra ciudad.
En ese sentido, La iniciativa contiene la constitución de un “ente administrador multisectorial compuesto por los estados provincial y municipales con jurisdicción sobre la isla, más organizaciones y colectivos ambientales”, como así también “invitar a la Universidad Nacional de Rosario (UNR), la Universidad Nacional del Litoral (UNL), la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y otras instituciones educativas que tengan carreras vinculadas a la biología, ambiente y producción”, a involucrarse con el proyecto.
La propuesta plantea el establecimiento de un área para estudios científicos, educativos y culturales, otra destinada al manejo del fuego, con control e implementación de políticas ambientales para prevenir incendios, y una donde se actúe a favor de la conservación de la flora y fauna autóctona.
También plantearon el establecimiento de ámbitos de recreación y concientización, sugiriendo la “creación de un circuito isleño de avistamientos con visitas guiadas para escuelas y colectivos sociales; la organización y conducción de talleres participativos dirigidos a sostener los valores naturales y de preservación; y brindar oportunidades para la educación, capacitación, recreación y turismo fomentando la investigación ambiental”.
Por último, el proyecto pretende la prohibición de actividades “que pongan en riesgo la sustentabilidad del humedal”, como por ejemplo la ganadería, agricultura, desarrollos inmobiliarios, instalación de boliches y locales nocturnos, introducción de especies vegetales o animales no autóctonas, introducción de sustancias tóxicas o contaminantes y la realización de movimientos de suelo que alteren la topografía de las islas y los cursos o reservorios de agua sin autorización o control de las autoridades.
De aprobarse tal cual la iniciativa, se pondría freno a otras alternativas, en especial inmobiliarias, que tendrían intención por realizar desarrollos en esa isla.
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