Biocombustibles a buques

Argentina tiene el biodiésel más barato del mundo, pero eligen importar gasoil: la dura advertencia de un industrial pyme

Argentina tiene el biodiésel más barato del mundo, pero eligen importar gasoil: la dura advertencia de un industrial pyme

Jorge Metz, Nicolás Carugatti y Axel Boerr
Axel Boerr, presidente de la Cámara Panamericana de Biocombustibles Avanzados (CAPBA), pasó por el programa Up River y no se guardó nada. Denunció cómo la falta de reglas claras y la presión del lobby petrolero dejaron a la industria argentina de biocombustibles fuera de carrera, cuando el país tiene una ventaja que el mundo envidiaría: “Argentina tiene el biodiésel más barato del mundo”.

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Axel Boerr, presidente de la Cámara Panamericana de Biocombustibles Avanzados (CAPBA), pasó por el programa Up River y no se guardó nada. Denunció cómo la falta de reglas claras y la presión del lobby petrolero dejaron a la industria argentina de biocombustibles fuera de carrera, cuando el país tiene una ventaja que el mundo envidiaría: “Argentina tiene el biodiésel más barato del mundo”.

Según explicó Boerr, entre 2010 y 2024, la Secretaría de Energía dejó de mezclar 2,5 millones de toneladas de biodiésel, a contramano del crecimiento global. “Mientras Estados Unidos duplicó su producción, Brasil la triplicó y Europa creció 66%, Argentina cayó 35% y pasó de ser el tercer productor mundial a estar octavo. Somos los únicos que retrocedimos”, disparó.

Biodiésel vs. Gasoil: negocio para pocos, costo para todos

Uno de los datos más duros que dejó Boerr fue el cálculo del “negocio” detrás de las importaciones: el parque refinador se llevó US$ 2.000 millones de diferencia entre el gasoil importado y el precio local. “Ese margen no lo pagó el Gobierno, lo pagaron todos los argentinos. Se lo sacaron al consumidor”, dijo.

Boerr puso el foco en la falta de cumplimiento de la Ley de Biocombustibles: “La norma dice que se debe pagar un precio que cubra costos y rentabilidad razonable. Pero la Secretaría no lo cumple. Así es imposible que haya inversiones”.

Oportunidad perdida: el caso del combustible marino

La entrevista comenzó con una pregunta simple: ¿se puede usar biocombustible en los barcos que llegan al país? La respuesta fue un sí técnico, pero un no político. Explicó que la regulación internacional obliga a reducir emisiones en la industria naval, lo que abre una oportunidad para los biocombustibles avanzados, producidos a partir de residuos. Pero sin previsibilidad, sin ley y con precios distorsionados, nadie quiere invertir en Argentina.

Además, detalló que el metanol, insumo clave para producir biodiésel, cuesta US$ 300 en Brasil y US$ 800 en Argentina. “Con esa asimetría no hay industria que aguante”, sentenció.

“Acá todos quieren tener el caballo del comisario”

Boerr también apuntó contra la falta de competencia real. “En Argentina nadie quiere competir. Todos quieren reglas a medida. Nadie se sienta a discutir con números. Nosotros ponemos todo en nuestra web, pero del otro lado no hay nadie que quiera transparencia”.

“Hay empresas que producen energía con altísimo ahorro de emisiones. No son los que hacen galletitas, ni diarios, ni tienen hosterías. Nos dedicamos solo a esto. Y lo único que pedimos es reglas claras”, dijo, en alusión a la dispersión empresarial argentina.

Biodiésel: de ventaja competitiva a oportunidad desperdiciada

“El mundo va hacia el uso obligatorio de biocombustibles avanzados. El avión que no usa SAF (combustible sustentable) paga una multa. En barcos pasa lo mismo. Argentina tiene las condiciones para liderar esa transformación. Pero, como siempre, preferimos importar y subsidiar a otros”, reflexionó.

La nota completa, en el canal de YouTube de Fisherton Plus.