Federico Marchetti, arquero del Genoa de Italia, tuvo un lunes para el olvido. Antes de acudir al centro deportivo y presentarse al primer entrenamiento de la semana, el futbolista de 37 años dejó su Ferrari 812 Superfast en un lavadero. Cuando volvió, el desastre se apoderó de la escena: el vehículo había sido estrellado mientras él estaba entrenando.
En un principio, desde el establecimiento de limpieza le propusieron que, cuando dejaran completamente lista la Ferrari, podrían alcanzársela hasta el lugar; y él aceptó el servicio.
Pero el empleado encargado de desplazarse hasta el centro deportivo Signorini protagonizó un accidente en Vía Pacoret de Saint Bon, cerca del aeropuerto de Génova. En el camino hacia su destino, el conductor no pudo controlar el automóvil cuando tomó una curva previa al ascenso a la autopista.
Fue en ese momento cuando golpeó el guardrail dañando la parte delantera del bólido. Además, tras el impacto, se desvió de la carretera y chocó a otros cinco vehículos que se encontraban estacionados de la mano de enfrente. Afortunadamente, el empleado no sufrió lesiones graves.
“Lamento mucho lo que pasó. Gracias a Dios nadie resultó herido y esta es la noticia más importante. Espero no leer más sobre las cosas malas que vi hasta ahora”, escribió Marchetti en su cuenta de Instagram.
