Calculan que el Súper TC2000 dejó unos $ 30 millones en Rosario

"Una fiesta". Con esas dos palabras, organizadores, funcionarios y público resumieron el retorno del Súper TC2000, tras 16 años, al autódromo de Rosario.


«Una fiesta». Con esas dos palabras, organizadores, funcionarios y público resumieron el retorno del Súper TC2000, tras 16 años, al autódromo de Rosario. La última jornada de la competencia fue ayer y, pese al mal tiempo, unas 40 mil personas se acercaron al complejo Juan Manuel Fangio para seguir la carrera que consagró al entrerriano Mariano Werner (ver Ovación). Según estimaciones del municipio, el encuentro deportivo dejó en la ciudad más de 30 millones de pesos. «Superó todas nuestras expectativas», apuntó el subsecretario de Gobierno municipal y presidente del circuito, Miguel Pedrana.

Y eso que los pronósticos no eran menores. Los días previos a la competencia se habló de una concurrencia de entre 30 y 40 mil personas y de ingresos por unos 25 millones de pesos para la ciudad. Pero hubo más: las carreras del viernes y el sábado pasados sumaron, cada una, unos 20 mil espectadores, y más de 40 mil asistentes se acercaron a la pista ayer, indiferentes al mal tiempo.

Las populares estaban a full y en las plateas preferenciales y los boxes no cabía un alfiler. También estaban completos los alambrados perimetrales. «La realización íntegra del evento, desde el tránsito hasta la seguridad, los servicios y las actividades, funcionó sin fisuras. Fue un espectáculo más para la ciudad y la oportunidad para que una generación viera autos de carrera en vivo y en directo», consideró Pedrana.

Familias enteras (¿quién dijo que los fierros eran sólo cosa de varones?), grupos de amigos y muchos pero muchos jóvenes poblaron desde temprano los accesos a la pista de carreras. Fanáticos rosarinos, pero también cordobeses, entrerrianos y bonaerenses que completaron los espacios para estacionamiento y arrasaron con lo que ofrecía en los cientos de puestos habilitados para la venta ambulante.

«Quedó demostrado que la decisión de hacer la carrera fue acertada y que el nuevo autódromo pudo cumplir las demandas de un evento de esa convocatoria», apuntó el funcionario.

Sin embargo, el impacto del evento superó lo meramente deportivo. Según calculó Pedrana, la competencia dejó «más de 30 millones de pesos» en la ciudad por la demanda de alojamiento, comidas, esparcimiento y servicios generados por tal movimiento de personas. Y destacó que incluso «se llegaron a agotar los alquileres en Funes» por la proximidad del autódromo con esa ciudad.

De paso. Aunque el titular de la Asociación Hotelero Gastronómica, Carlos Mellano, fue más cauto.

«La cantidad de gente que concurrió no fue determinante para la ocupación del sector hotelero. Los de hasta tres estrellas estuvieron en un 50 por ciento y los de mayores servicios en un 70 por ciento. No fue lo que se esperaba. Lo que sí vimos fue un mayor movimiento en los corredores gastronómicos como Pichincha o avenida Pellegrini y también en los centros comerciales», indicó.

Una consulta realizada por La Capital en hoteles y hostels permitió corroborar su apreciación. A excepción de las firmas que albergaron a los integrantes de los equipos que participaron de la carrera, el resto no vio alterado su movimiento por el encuentro.

En los hostels coincidieron en describir el fin de semana pasado como «tranquilo» y, consecuentemente, de menor actividad que el de Pascuas.

«Fue un buen fin de semana, pero no estuvimos completos como hace quince días», resumió el encargado de La Comunidad (Roca 453).

En La Casona de don Jaime (San Lorenzo 1530) trazaron el mismo panorama. «Estamos al 80 por ciento. Tenemos algo de turismo europeo y gente que llegó a participar del Foro de Desarrollo Sostenible (ver página 4), pero no del TC. Pensé que este fin de semana íbamos a estar a full, pero no fue así», comentó Romina, encargada del turno tarde.

En la recepción de tres hoteles de tres estrellas se escuchó casi el mismo comentario: porcentajes de ocupación superiores al 80 por ciento, pero de turistas que habían llegado «sueltos» o con otros compromisos diferentes al encuentro fierrero. «Ni se los vio», apuntaron en el Nuevo Europeo (San Luis 1364), República (San Lorenzo 955) y Barón de Mil (Barón de Mauá 1046).

En sintonía se expresaron empleados de otros dos hoteles de una estrella, La Viña (3 de Febrero 1244) y Nogaré (Mendoza 1578).

«Del TC no tuvimos nada de nada, no me llamó la atención porque en algún tiempo yo seguí siempre esas carreras y se trata de un público que llega a la ciudad ve la competencia y se va», dijo Cayetano, contador del Nogaré.

Fuente: La capital

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