San Lorenzo vuelve a estar en el mapa de la seguridad y lo hace con tecnología de punta, planificación territorial e inversión pública real. En el marco del fortalecimiento del Sistema de Monitoreo Público Urbano, la ciudad ya cuenta con siete puntos estratégicos equipados con lectores LPR (Reconocimiento Automático de Patentes) que permiten detectar en tiempo real vehículos con pedido de captura, sin documentación o vinculados a causas judiciales.
Pero eso no es todo. San Lorenzo es una de las únicas cuatro ciudades de la provincia que tiene personal policial en el monitoreo de cámaras. Esto implica un salto cualitativo clave: ya no se depende de promesas o marketing, sino de fuerzas de seguridad entrenadas, conectadas con el sistema judicial y listas para actuar ante cualquier alerta.
Los lectores LPR están ubicados en accesos principales y zonas de alto tránsito. Cada punto cuenta con al menos dos cámaras, algunas con hasta tres, lo que permite una cobertura casi total del ejido urbano. Además, el sistema se articula con una base de datos judicial para detectar vehículos robados, con pedido de secuestro o vinculados a hechos delictivos.
Cámaras inteligentes que también identifican rostros
A esto se suma una red de más de 400 cámaras con inteligencia artificial, capaces de reconocer no sólo patentes sino también rostros de personas con pedido de captura. Esta tecnología, que ya se utiliza en las principales ciudades del mundo, coloca a San Lorenzo en la vanguardia de la prevención del delito.
Una ciudad que se levanta del abandono
La ciudad se está reconstruyendo luego de cuatro años de abandono deliberado durante la gestión del ex gobernador Omar Perotti y su operador político local, el kirchnerista Esteban Aricó. Ambos usaron el tema de la seguridad como un campo de batalla política, no para mejorarla sino para manipularla.

Aricó intentó instalar noticias falsas sobre el sistema de monitoreo municipal, minimizando su rol de complemento al sistema 911, cuando en realidad el centro de monitoreo local cumple funciones clave como soporte de las patrullas, control del espacio urbano y prevención de delitos menores que, de no atenderse, escalan.
Seguridad sin relato
Hoy San Lorenzo no sólo tiene relato: tiene datos, inversión y presencia real en el territorio. Con cámaras inteligentes, personal policial entrenado, lectores de patentes, y decisión política para bancar el cambio, la ciudad dejó atrás la oscuridad y el abandono para volver a ser referencia en seguridad en todo el Cordón Industrial.
Porque la seguridad no se declama: se gestiona, se invierte y se monitorea con inteligencia.