Obras claves

Camiones, vecinos y fluidez: el esquema vial que transformó San Lorenzo

Camiones, vecinos y fluidez: el esquema vial que transformó San Lorenzo

La ciudad logró superar décadas de aislamiento vial durante la cosecha gruesa gracias a un plan integral que conectó norte y sur, alivió el tránsito urbano y abrió nuevos accesos a la autopista Rosario-Santa Fe.

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La ciudad logró superar décadas de aislamiento vial durante la cosecha gruesa gracias a un plan integral que conectó norte y sur, alivió el tránsito urbano y abrió nuevos accesos a la autopista Rosario-Santa Fe.

Durante años, San Lorenzo vivió sitiada cada vez que llegaba la cosecha gruesa. El ingreso de miles de camiones a los puertos, sumado al tránsito urbano y la falta de accesos pavimentados, convertía la circulación por la ciudad en una pesadilla para vecinos, trabajadores y transportistas. Esa lógica comenzó a cambiar con una planificación integral que definió prioridades y ejecutó obras clave que hoy reconfiguran la movilidad urbana y productiva de la ciudad.

El tránsito pesado, que antes atravesaba zonas residenciales o saturaba las principales avenidas, hoy cuenta con corredores específicos que ordenan el flujo sin colapsar la estructura urbana. Las obras no solo permitieron aliviar las zonas industriales, sino que también conectaron puntos estratégicos de la ciudad como nunca antes.

Uno de los puntos clave del nuevo esquema fue la reconversión de calle Ayohuma. Desde 2007 comenzó a funcionar como bypass para quienes ingresaban desde el sur por autopista y necesitaban llegar al centro sin pasar por Ruta 11. Este pequeño cambio fue el primer paso hacia una transformación mayor: la creación del acceso centro desde Bv. Urquiza, que hoy permite una conexión directa con la autopista Rosario–Santa Fe sin atravesar zonas fabriles ni centros urbanos densos.

Este acceso se articula con calles internas asfaltadas que permiten unir el norte y el sur sin utilizar las vías principales como Dorrego, Bv. Sargento Cabral o Av. San Martín. Se trata de una red de circulación pensada para agilizar la movilidad cotidiana y descentralizar el tránsito, reduciendo los cuellos de botella en los horarios pico.

Además, el proyecto integral incluyó obras fundamentales como:

  • Colectora Presidente Raúl Alfonsín, que conecta el corazón industrial del sur con la red vial principal y evita que el tránsito pesado ingrese al tejido urbano.
  • La remodelación total de Bv. Mitre en la zona norte, un corredor vital que articula con el nuevo camino costero junto al Arroyo San Lorenzo, descomprimiendo el tránsito en Bv. Oroño y su cruce con Ruta 11.
  • La ampliación de calle Citadini, clave en la zona sur para absorber parte del tránsito que antes ingresaba por Ruta 11.

Otro avance significativo fue la conexión de la colectora que une la ruta AO12 con Bv. Urquiza, permitiendo que los vecinos de Ricardone accedan al centro de San Lorenzo sin quedar encerrados en los embudos que se generaban en épocas de cosecha. Esta vía alternativa no solo favorece el tránsito particular, sino que también agiliza el recorrido de ambulancias, transporte público y servicios.

Las obras no son solo cemento: son decisiones políticas, planificación y visión de futuro. Y sobre todo, una mejora real en la calidad de vida de los sanlorencinos. Por primera vez, San Lorenzo tiene una estructura vial pensada para integrar su actividad portuaria, su vida urbana y su conectividad regional.

Hoy, con flujos norte-sur bien definidos, accesos a la autopista que evitan congestiones, arterias interiores asfaltadas y colectoras para uso industrial, la ciudad transita hacia un modelo moderno, eficiente y ordenado. Un cambio estructural que no solo se ve, sino que también se siente todos los días en la calle.

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