La acción, lejos de estar enmarcada en un programa oficial del Ministerio de Educación o de alguna ONG reconocida por su trabajo en inclusión y discapacidad, aparece como una clara intromisión político-partidaria en un ámbito que debería ser neutral: la escuela pública.
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El hecho ya fue reportado al Ministerio de Educación de la provincia de Santa Fe, que solicitará explicaciones formales a las autoridades del establecimiento educativo en cuestión. Desde la cartera no descartan la posibilidad de abrir un sumario si se comprueba que la actividad se realizó sin autorización y con fines proselitistas.
¿Propaganda con chicos?
El video, editado y publicado por la propia candidata, muestra imágenes de alumnos menores de edad participando del aula mientras ella se dirige al grupo. La grabación fue subida sin ningún tipo de resguardo a redes sociales, y claramente forma parte del contenido de campaña electoral que difunde el espacio político de Esteban Aricó, quien se referencia directamente con las políticas de Néstor y Cristina Kirchner.
Incluso en entrevistas previas, la misma candidata se expresó públicamente como “devota de Cristina”, lo que refuerza el carácter militante de la acción dentro de una escuela pública que, según los propios protocolos del Ministerio, no puede ser utilizada con fines partidarios bajo ninguna circunstancia.
Una práctica repetida del kirchnerismo
La metodología de ingresar a escuelas, utilizar aulas como escenarios de campaña y filmar a menores de edad con fines de propaganda ya fue denunciada en otros distritos del país. Incluso hubo presentaciones judiciales en algunas provincias ante la reiteración de estas maniobras.
Que en San Lorenzo suceda este tipo de hechos no es casual. La utilización política de la educación fue, históricamente, una de las herramientas predilectas del kirchnerismo más duro, y esta vez parece haberse trasladado a la campaña local con un grado de exposición inaceptable.
La barrera que no se puede cruzar
En democracia, existen reglas claras. Y una de ellas es que los niños no se tocan, no se usan y no se filman para hacer política. El aula no es un comité. Las escuelas no son trampolines electorales. Lo sucedido es grave y debe investigarse.
SL24 pudo saber que el hecho generó repudio incluso dentro de algunos sectores del propio sistema educativo, donde advierten que este tipo de “intervenciones” dañan la confianza de las familias y vulneran los derechos de los chicos.
La Justicia y el Ministerio de Educación deberán actuar. Pero el mensaje social también debe ser claro: hay límites que no se deben cruzar, ni siquiera en campaña.
