En una charla cargada de emoción y precisión técnica, Gustavo Tur —graduado de la Escuela Nacional de Náutica, ex capitán de cruceros internacionales y actual capitán de puerto en Escocia— compartió en Up River su historia profesional, su mirada sobre la gestión portuaria global y el vínculo que mantiene con Argentina desde hace más de cuatro décadas de carrera.
El episodio reunió nuevamente a Tur con Jorge Metz, compañero de promoción en la Escuela Naval. El reencuentro entre ambos, separados por miles de kilómetros y más de 40 años, fue el punto de partida para una conversación única, donde se entrelazaron la experiencia marítima, la administración portuaria británica y el contraste inevitable con el sistema argentino.
La carrera de Tur comenzó en ESSO S.A.P.A., navegando a Comodoro Rivadavia, San Sebastián, Bahía Blanca y Zona Bravo. Ya como Capitán de Ultramar, emigró a Estados Unidos y pasó a comandar cruceros internacionales en Discovery Cruise Lines, Commodore, Crown Cruise Lines, Cunard y Royal Caribbean, recorriendo el Caribe, Alaska, Sudamérica, ambas costas de Estados Unidos y Europa. Incluso participó en Francia del proceso de construcción de los gigantescos buques de Royal Caribbean en los astilleros Chantiers de l’Atlantique.
En 2007, decidió dejar la navegación de cruceros y pasar a tierra. Fue entonces cuando asumió como capitán de puerto en la costa este de Escocia. Hoy integra un equipo de cinco capitanes responsables de la operación durante todo el año en los puertos de Grangemouth, Leith, Rosyth, Dundee, Burntisland, Methil y las terminales petroleras de Braefoot Bay y Hound Point. Su labor comprende navegación, seguridad, emergencias, logística, coordinación con aduanas y control migratorio.
Tur explicó que el Reino Unido privatizó la operación portuaria hace casi cincuenta años. El Estado transfirió puertos completos, incluso infraestructura terrestre, a compañías privadas por montos simbólicos. Desde entonces, los puertos funcionan con independencia estatal, sin subsidios y con reglas claras basadas en la competencia. Si uno cobra de más, pierden tráfico. Si invierte poco, queda desplazado. Todo se autorregula a través del mercado. El dragado corre por cuenta del puerto y se contrata con empresas privadas que operan periódicamente en el río Forth debido al alto nivel de sedimentación. La seguridad es estatal a través de Border Force, que combina aduana, migración y policía, con escáneres de contenedores, vigilancia permanente y control operativo dentro de las terminales.

En contraste, Metz planteó las demoras, conflictos y falta de definiciones que enfrenta Argentina en materia portuaria, desde la hidrovía hasta la administración de terminales y la puja permanente entre Estado, empresas y gremios. Tur fue diplomático pero contundente: en Reino Unido tres o cuatro compañías se reparten la operación portuaria sin interferencias políticas, mientras que en Argentina la corrupción y la falta de comprensión estatal complican cualquier planificación.
La entrevista también abordó el costado humano de la vida en Escocia. Tur confesó que intentó irse dos veces por el clima: amanecer a las 10, oscurecer a las 4, temperaturas de 2 grados y humedad constante. Con el tiempo aprendió a sobrellevarlo escapándose al sol de Alicante siempre que puede. Hoy, a los 72 años, trabaja rodeado de colegas que tienen la mitad de su edad. Le planteó a la empresa que no piensa jubilarse y recibió una respuesta clara: mientras quiera trabajar y su desempeño sea óptimo, puede seguir.
El cierre fue profundamente emotivo. Tur agradeció el reencuentro con Metz y envió un saludo especial a Raúl Rodríguez, histórico referente de ESSO en Campana, a quien volvió a encontrar después de décadas gracias al programa. También se ofreció como corresponsal desde Escocia para futuros episodios de Up River.
La conversación logró unir dos extremos del mundo marítimo: la hiperlocalidad del cordón industrial del Gran Rosario y la compleja estructura portuaria británica, demostrando que el capital humano argentino sigue siendo reconocido globalmente, aun en los puertos más avanzados del planeta.






