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El nuevo dueño de Celulosa Argentina inyecta US$18 millones con un crédito para reactivar las plantas de Capitán Bermúdez y Zárate

El nuevo dueño de Celulosa Argentina inyecta US$18 millones con un crédito para reactivar las plantas de Capitán Bermúdez y Zárate

Celulosa Argentina
El proceso de recuperación de Celulosa Argentina S.A. dio un paso decisivo. A través de una comunicación oficial enviada a la Comisión Nacional de Valores, la empresa informó que firmó un acuerdo de crédito con su accionista controlante, Esteban Antonio Nofal, por hasta 18 millones de dólares destinados a financiar capital de trabajo y reactivar la producción en sus plantas industriales de Capitán Bermúdez y Zárate.

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El proceso de recuperación de Celulosa Argentina S.A. dio un paso decisivo. A través de una comunicación oficial enviada a la Comisión Nacional de Valores, la empresa informó que firmó un acuerdo de crédito con su accionista controlante, Esteban Antonio Nofal, por hasta 18 millones de dólares destinados a financiar capital de trabajo y reactivar la producción en sus plantas industriales de Capitán Bermúdez y Zárate.

El documento, presentado como hecho relevante, detalla que la operación fue autorizada por el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de la Primera Nominación de San Lorenzo, donde tramita el concurso preventivo de la compañía. La autorización judicial fue emitida mediante la Resolución N° 2061, el pasado 7 de octubre. El préstamo tiene un plazo de 24 meses, devenga una tasa del 10% anual, y estará garantizado mediante un fideicomiso sobre las cuentas a cobrar que la empresa cederá como respaldo.

El crédito no proviene de una entidad financiera sino del propio accionista, que inyectará recursos directos para asegurar liquidez y posibilitar el reinicio productivo. Según fuentes vinculadas al proceso, el acuerdo representa una inyección de capital fundamental en una etapa crítica, marcada por meses de parálisis operativa, compromisos laborales y la necesidad de recomponer relaciones con proveedores estratégicos.

Esteban Nofal, economista con trayectoria en el sector público y privado, tomó el control de Celulosa Argentina a fines de 2024, en una operación simbólica que se concretó por un dólar, con el compromiso de aportar fondos para su reestructuración. El gesto fue interpretado entonces como una apuesta audaz por una empresa emblemática del cordón industrial santafesino, pero también como un desafío financiero de enorme escala: absorber una compañía endeudada, judicializada y con las plantas detenidas.

Desde entonces, el nuevo accionista trabajó en la elaboración de un plan de saneamiento que ahora comienza a tomar forma con la inyección de US$18 millones. El objetivo inmediato es garantizar el capital de trabajo para salarios, insumos, mantenimiento y energía, permitiendo reactivar progresivamente las líneas productivas.

La planta de Capitán Bermúdez, que alguna vez fue uno de los símbolos industriales del país, permanece en silencio desde hace varios meses. Sus hornos y calderas —instaladas a orillas del Paraná— marcaron durante décadas la economía regional, proveyendo papel y derivados a todo el país. La otra unidad, ubicada en Zárate, cumplía un rol complementario en el proceso de conversión y abastecimiento. Ambas quedaron paralizadas por falta de fondos y arrastraron un efecto dominó sobre cientos de empleos y proveedores.

El financiamiento aprobado apunta a revertir ese cuadro. La estrategia judicial y financiera permite avanzar con fondos frescos sin violar las restricciones del concurso preventivo. De hecho, la operación fue cuidadosamente estructurada para evitar cualquier conflicto con los acreedores y garantizar transparencia en el flujo de recursos: el fideicomiso de cuentas a cobrar actuará como mecanismo de control y repago.

La noticia fue recibida con expectativa en el cordón industrial, donde la historia de Celulosa está ligada a la identidad de Capitán Bermúdez. Durante los últimos años, la planta había reducido al mínimo su actividad, golpeada por la caída del consumo, el aumento de costos energéticos y la pérdida de competitividad frente a productos importados.

El contexto macroeconómico no ayuda, pero el nuevo crédito abre la posibilidad de una reactivación paulatina, con impacto directo en el empleo local. Se calcula que la empresa podría reincorporar progresivamente a más de 400 trabajadores directos, además del efecto multiplicador sobre talleres, transportistas y servicios.

El propio entorno judicial destacó la importancia del paso dado. Según fuentes del expediente, la aprobación del crédito fue considerada “una medida de preservación productiva”, que permite sostener la estructura de la empresa mientras se define su futuro en el marco del concurso. “Es un financiamiento genuino que no compromete la integridad patrimonial y busca sostener la actividad”, explicaron allegados al juzgado.

Para Nofal, el desafío es más amplio que el rescate financiero. Su estrategia busca reconstruir la cadena de valor de una empresa que fue durante décadas proveedora central del mercado de papeles industriales y envases. El contexto actual del sector, pese a la crisis general, muestra algunos signos alentadores: la expansión del comercio electrónico, la sustitución de plásticos por materiales reciclables y la reactivación de la demanda exportadora ofrecen una ventana de oportunidad para la reconversión de la compañía.

En ese sentido, la reactivación de Celulosa Argentina no sólo representa la recuperación de una planta industrial: también se percibe como una señal positiva para toda la región del Up River, que busca diversificar su matriz productiva y volver a encender motores fabriles que alguna vez definieron su identidad.

Fuentes vinculadas al equipo de gestión adelantaron que la empresa prepara un plan de producción escalonado y un programa de mantenimiento intensivo de maquinaria, mientras se renegocian contratos con proveedores de energía y materias primas. El regreso a la actividad no será inmediato, pero la disponibilidad de capital asegura que el proceso podrá comenzar en el corto plazo.

En términos simbólicos, el crédito representa algo más que un financiamiento: es el primer gesto concreto de confianza del nuevo accionista en la capacidad de recuperación de una compañía que supo ser orgullo nacional. Si el plan se cumple, Capitán Bermúdez volverá a tener humo en sus chimeneas, y la emblemática papelera podría escribir un nuevo capítulo en la historia industrial argentina.

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