Como cada año, la provincia de Santa Fe anuncia con bombos y platillos el Operativo Cosecha, una puesta en escena que intenta maquillar una realidad insostenible: el estado calamitoso de las rutas y accesos a los puertos agroexportadores.
Este jueves, funcionarios provinciales, junto a representantes de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) y empresarios del sector, presentaron la planificación para el ingreso de miles de camiones a los puertos del Gran Rosario. Hablaron de seguridad, de logística eficiente y de obras en curso. Sin embargo, lo que no dijeron es que las rutas provinciales y nacionales siguen siendo trampas mortales para transportistas y productores.
La Ruta 11, principal arteria de acceso a los puertos de Timbúes y Puerto General San Martín, es un claro ejemplo de este fracaso estructural. Con el tristemente célebre Puente de la Vergüenza como protagonista, la única respuesta estatal vuelve a ser el bacheo provisorio, en lugar de una inversión real en infraestructura vial.
El gobierno asegura que hay obras en marcha, pero admite que no estarán listas para la cosecha de este año. En el medio, el tránsito de casi 10.000 camiones diarios seguirá dependiendo de rutas deterioradas, caminos rurales intransitables y puentes al borde del colapso.
Los anuncios oficiales contrastan con la realidad que sufren los transportistas a diario. La logística granaria de Argentina sigue dependiendo de parches, discursos y promesas que nunca se cumplen. Y mientras los funcionarios se sacan la foto de cada año, el deterioro sigue avanzando y la logística más importante del país queda, una vez más, en la improvisación.