Circunvalación y accesos a puertos: una infraestructura clave sin garantías de mantenimiento sostenido
La avenida Circunvalación de Rosario vuelve a exhibir señales claras de abandono en el cierre de este 2025. Banquinas cubiertas de malezas, residuos acumulados y animales muertos sobre la traza principal reactivan una preocupación. Esta preocupación excede lo estético y se instala de lleno en el plano de la seguridad vial, sanitaria y productiva.
La situación se repite tanto en la calzada central como en rampas de acceso y egreso. Estos son sectores neurálgicos para el tránsito pesado que abastece y evacúa mercadería desde los puertos del Gran Rosario. Se trata de una vía estratégica que conecta rutas nacionales, provinciales y accesos portuarios. Esta vía es utilizada diariamente por miles de camiones vinculados al comercio exterior.
Si bien el pavimento y la demarcación horizontal se mantienen en condiciones aceptables, el deterioro del entorno vial vuelve a dejar al descubierto un problema estructural. Este problema es la falta de mantenimiento sostenido en rutas bajo jurisdicción nacional. Un escenario que ya se vivió durante el verano pasado. Las tareas básicas de limpieza y desmalezamiento recién se ejecutaron meses después, tras una orden judicial.
Hoy, con un régimen de lluvias más frecuente y vegetación en pleno crecimiento, la ausencia de intervención agrava los riesgos. La maleza invade banquinas y zonas de escape, reduce la visibilidad y multiplica las posibilidades de maniobras bruscas, especialmente para el transporte de cargas.
El impacto no se limita al tránsito. Vecinos de barrios linderos advierten por la proliferación de mosquitos y roedores ante el estancamiento de agua y residuos. Esto abre una alerta sanitaria en plena temporada de calor. Dengue, leptospirosis y fiebre hemorrágica vuelven a aparecer como amenazas latentes.
La responsabilidad sobre el estado de la Circunvalación recae directamente en el Estado nacional, pese a los reiterados reclamos del municipio de Rosario y del gobierno provincial. A los pastizales altos se suma la acumulación de basura, restos de neumáticos y cartelería política instalada sobre terrenos de jurisdicción federal. Estos elementos permanecen durante semanas sin remoción.
Este escenario reactiva un debate más profundo que atraviesa a toda la región portuaria. El debate trata sobre la fragilidad de la infraestructura vial frente a las transiciones políticas. Circunvalación se convierte así en un ejemplo concreto de cómo los cambios de gestión nacional o provincial suelen traducirse en períodos de abandono. Estos cambios ocurren sin planificación ni continuidad en el mantenimiento de corredores estratégicos.
La experiencia reciente refuerza las advertencias de intendentes y jefes comunales del Cordón Industrial. Ellos miran con preocupación cualquier esquema que delegue el cuidado de caminos clave en estructuras que dependen de prioridades políticas cambiantes. La historia demuestra que esa falta de previsibilidad termina afectando la competitividad y la seguridad de una región. Esta región concentra el núcleo exportador del país.
Circunvalación no es una arteria secundaria. Es parte del sistema logístico que sostiene a los puertos, a la industria y al comercio exterior argentino. Este estado actual vuelve a dejar una conclusión clara: sin garantías de mantenimiento sostenido, la infraestructura crítica queda atrapada en la lógica pendular de las gestiones. El costo de esta falta de mantenimiento lo paga la producción.
