Leo, un comerciante de zona norte, vivió una pesadilla de parte de una persona que lo hostigó durante tres días con amenazas extorsivas. Le exigían un millón y medio de pesos, o de lo contrario le decían que iban a atentar contra su negocio o integrantes de su familia.
Tras una falta inicial de respuestas, y en un acto desesperado se encadenó al Ministerio Público de la Acusación. Al tomar nota de su caso, la Agencia de Investigación Criminal (AIC) intervino.
Vale señalar que al comerciante lo persiguieron durante tres días, enviándole mensajes referidos a él y su familia, y audios de armas gatillando.
Si bien en un primer momento estuvo a punto de peligrar la acción planeada, por falta de personal dada la alta demanda de casos, finalmente la AIC coordinó la entrega del dinero y luego de concretarse, el personal policial intervino para detener al delincuente.