Opinión

Concejo Deliberante de San Lorenzo: Una trituradora de egos políticos

Primer concejo deliberante en el año de su constitución
Por Nicolás Carugatti

Cientos de personas, personalidades, dirigentes y personajes intentan cada dos años ingresar a una banca en el Concejo Deliberantes de San Lorenzo, para tomar dimensión una lista de concejales está compuesta por 8 personas entre titulares y suplentes, de promedió en San Lorenzo para cada elección PASO se presentan 15 listas para competir, es decir unas 120 personas.

En su gran mayoría todos aquellos que deciden presentarse en una lista de concejales tienen la convicción de que pueden ayudar a un proyecto político o a un candidato en particular, pero también el ego bien desarrollado, ya que muchos de los 120 nunca tuvo ningún tipo de militancia política, y me animo a arriesgar, que en su gran mayoría nunca presenciaron una sesión del concejo.

El ego, la falta de militancia y el desconocimiento de la actividad legislativa no son sólo una características de los que los invitados a rellenar las listas, es una condición de muchos de los que las encabezan. Cada dos años los que deciden presentarse hacen la consulta entre sus grupos de pertenencia para validar sus intenciones de lanzarse a la aventura de ser candidato a concejal, estos grupos por lo general están formados por amigos, parientes, compañeros de trabajo entre otros, estas validaciones son necesarias ya que no son ungidos en el seno de los partidos políticos sino que son elegidos a dedos por aquellos que necesitan llenar espacios en las listas.

Todos estos procesos de selección van dejando en el camino a muchísimas personas que se entusiasman con participar, subidas al caballo del triunfo que les prometen aquellos que los fueron a buscar que ven destrozado cuando la verdad de las urnas llega a los bunker de campaña, la decepción de haber estado engañados y envueltos en triunfalismos provocando una gran decepción que los expulsa de la militancia y la participación activa.

Algo muy similar sucede con el ego de aquellos que logran ocupar una banca en el concejo. Cuando llegan a la función pública, hacen pomposos juramentos entre flashes y micrófonos entendiendo que ese echo extraordinario es una norma, y la verdad es que a la opinión púbica y a los medios de comunicación no le presta atención alguna a la tarea legislativa.

A los pocos meses de asumir, el ostracismo mediático y social  se convierte en una carga pesada empujando a muchos concejales a explorar puestas en escena algo sobre actuadas en sus redes sociales que son la comidilla de diversión de los círculos rojos del poder.

Son muy pocos, tal vez alcance los dedos de las mano para identificar a los dirigentes políticos que ocuparon una banca en el concejo como partes de un proyecto político y no empujados por los egos y la ambición personal. Identificarlos es fácil  alcanza con sólo preguntar si siguen o no en política terminados sus mandatos.

 

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