Mientras en Buenos Aires el kirchnerismo busca reordenarse en torno al operativo clamor por Cristina Fernández de Kirchner —ya condenada por corrupción— con figuras como Sergio Massa, Máximo Kirchner y Juan Grabois al frente de un cónclave de emergencia, en San Lorenzo se vive una réplica a escala local del mismo libreto. El concejal Esteban Aricó y el dirigente Martín Cerdera han salido públicamente a bancar a la expresidenta, incluso convocando movilizaciones simbólicas que tensan el clima político de la ciudad.
La semana pasada, Yazmín Petrillo —segunda en la lista de concejales de Aricó— se mostró en Rosario junto a ambos referentes sanlorencinos en una movilización en Plaza 25 de Mayo para “defender a Cristina”, horas después de que la Corte Suprema confirmara su condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por el caso Vialidad.
Lo que a nivel nacional se intenta mostrar como una muestra de unidad del espacio, en San Lorenzo expone el aislamiento político de un peronismo cada vez más atado al relato de la impunidad.
Una estrategia que divide más de lo que ordena
Desde el entorno de Aricó ya anticipan nuevas manifestaciones en el centro de la ciudad y acciones en “la esquina de los bancos”, en una estrategia que emula la agitación nacional pero con efectos dudosos. Mientras la dirigencia kirchnerista local se encolumna detrás de una figura judicialmente condenada, el resto de los espacios políticos elige el silencio o el rechazo.
“No entienden que la gente está agotada del relato y lo que busca son soluciones”, deslizó un operador del oficialismo provincial, en diálogo con SL24, ante la insistencia de Aricó en defender lo que muchos en su propio espacio consideran “indefendible”.

El riesgo de un discurso que escala
Las declaraciones recientes del diputado nacional del Movimiento Evita, Eduardo Toniolli, generan especial preocupación en el contexto actual. “Esto se defiende a las piñas”, dijo en el programa Gelatina, en tono de amenaza velada que recuerda a los peores momentos de la violencia política. Días antes, había recorrido San Lorenzo junto a Aricó y Cerdera.
En una región marcada por el trabajo, el esfuerzo productivo y la paz social, las amenazas de “estallidos sociales” y los discursos incendiarios no sólo suenan desubicados: son un llamado de atención.