Bernardo Basombrío, especial para SL24 (*)
En los casi cuatro años que lleva el Concurso Vicentín, el Juez Fabián Lorenzini ha marcado atipicidad, a través de sus resoluciones y exigencias. La aceitera ha sido sometida a excesos a pesar de que la Ley de Concursos y Quiebras (LCQ) es el instrumento más perfecto al que pueda estar sometida un sujeto con dificultades económicas, donde el juez tiene la autoridad completa y, atiende los intereses de las partes. Los fundamentales son que los acreedores cobren –mitigando los daños- y, la empresa continúe desenvolviendo su objeto social.
Vicentín ha sido sometida a auditoría forense, ¡tres! sindicaturas, interventores por la provincia, el Estado nacional y provincial. Además, múltiples demandas le han acarreado un peso innecesario con la zozobra que causa en el ánimo para hacer frente a exigencias.
La atipicidad de medidas que tomó el magistrado, bajo rasgo dubitativo han caído, esta vez, en el desvío de la propia persona que se entrometió con su opinión fuera de la Ley.
Sucede que, en la página oficial del Concurso el Doctor Lorenzini se ha hecho preguntas y respuestas que nadie ha formulado, excediéndose en atribuciones y competencias que exceden a la Ley por las consideraciones relativas a la tramitación que tiene el expediente. De modo que este desvío vulnera el debido proceso y el derecho a la defensa que le cabe a la concursada.
Los jueces hablan por sus resoluciones y, las partes recurren a ellas. Advertido del grosero error, el juzgado procedió a retirar dichas conjeturas de su reflexión. En paralelo, el catedrático de la Universidad de Rosario, el Doctor Hadad hizo públicas sus observaciones a tales pensamientos ridiculizando la figura de Lorenzini, por su visión parcial, confusa y hasta contradictoria sopesando sus resoluciones a falta del sentido común con la situación que ha creado en torno al caso.
No es menor que el deber del juez es atender a las partes, como dijimos, pero asombra que jamás en todo el período concursal haya recibido a la concursada, connotando animosidad hacia la compañía agroexportadora y, a pesar del respeto hacia la autoridad y el cuidado en el cumplimiento intachable de lo atinente al concurso.
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Vicentín ha presentado un duro escrito ante el Juzgado llamando la atención a que repare el acto e incluya las observaciones del catedrático Hadad so pena de pedido de recusación.
(*) Bernardo Basombrío, periodista, escritor y autor del libro ¡Exprópiese! El caso Vicentín
