Los capitanes de los buques de ultramar que llegan a la región deben informar diariamente a las autoridades de control sobre la temperatura corporal de toda la tripulación y la condición de salud general. Este punto del protocolo se completa con el control de temperatura por parte de las autoridades Argentinas que le realizan a todos los tripulantes en zona de recalada (zona frente a las costas de Montevideo) antes de comenzar a subir para los puertos de nuestra región.

Las demoras están generando ruido y reclamos entre aquellos que fletan los buques y los armadores (dueños de los buques) hasta los límites en algunos casos de intentar suspender el viaje. Los protocolos aplicado en Argentina están generando sobre costos de los productos exportados sumados estos a las perdidas ocasionadas por la bajante del río Paraná.
El pánico generado por la pandemia del COVID-19 hizo que las declaraciones juradas de los capitanes de buques en relación a la salud de su tripulación no sean suficientes para poder ingresar a aguas de jurisdicción Argentina.

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