El COPA (Convenio Oleaginoso, Portuario y Agroexportador) viene aplicándose desde hace ya varios años, cuando en 2009, se dispuso por primera vez.
Por entonces, diversos gremios cuyos afiliados prestan servicios dentro del complejo sojero local «impusieron» sus intereses y lograron que el sector patronal les reconociera un salario similar al que cobran los aceiteros.
Desde entonces, y por las interminables internas gremiales, las diferencias entre ambas corrientes sindicales fueron ampliándose.
La semana pasada, Daniel Suchi, dirigente del Sindicato Aceitero (SOEA) fue duro al reconocer que es intención de este gremio «acabar con el COPA en las fábricas aceiteras».
Hoy, Quiroga salió al cruce y fue más terminante que sus pares aceiteros. «No hay duda alguna para que el COPA volverá a negociarse el año próximo», indicó con determinación.
Las declaraciones no hacen más que anticipar un nuevo round entre estos gigantes del sindicalismo regional, que como cada año, intentarán obtener el mayor de los beneficios para mostrarlos como máximos logros.
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