Pobre Cordón Industrial

Corrupción, venganza y caja: los motivos de la nacionalización de la hidrovía

Por Nicolás Carugatti


En la mañana de hoy se conoció el decreto que pone fin a la concesión de la Hidrovía uno de los pilares central del crecimiento exponencial del complejo agroexportador de San Lorenzo, Puerto San Martín y Timbúes.

El dragado y valizamiento de la hidrovía fue licitado en el año 1995, en el año 2006 el Estado nacional decidió profundizar la vía navegable troncal a un calado de diseño a 34 pies efectivos. Ésta es la profundidad actual del tramo del Río Paraná que va desde el Gran Rosario al océano. En los años 2009 y 2010, el Estado nacional e Hidrovía S.A celebraron un acuerdo de ampliación y renegociación del contrato de concesión que fue aprobado por Decreto 113/2010, ampliando la vía navegable troncal en el tramo denominado “Santa Fe al Norte” comprendido desde km 584.1 del Río de la Plata hasta el km 1.238 del Río Paraná, denominado Confluencia. Todas estas obras permitieron el arribo de miles de millones de dólares de inversión en plantas de extracción de aceites y nuevos puertos, especialmente en la zona de Timbúes.

La renovación del contrato de concesión de la hidrovía en 2010 es probablemente el principal disparador de la presión que ejerció el ala de la coalición de gobierno que responde la la vice Presidenta Cristina Fernández de Kirchner para que Alberto Fernández acceda a firmar el Decreto Nº 863/93 de nacionalización de la hidrovía por un año. La «pata» local de la concesión de la empresa Hidrovías SA es el empresario Gabriel Romero, titular de la empresa EMEPA, Romero se presentó como arrepentido en la causa que investiga sobornos por la obra pública declarando en la justicia federal haber entregado bolsos con 600 mil dólares para conseguir así la extensión de la concesión.

La venganza, la corrupción y la caja parecen a todas luces ser los pilares centrales que motorizan la mayoría de las decisiones de los gobiernos Kirchneristas, pero siempre apelando a una épica discursiva, en está oportunidad esa épica fue recuperar la «soberanía del Río Paraná». Una soberanía que fue cedida por acción u omisión por los distintos gobiernos nacionales al narcotráfico que surca las aguas del Río sin ningún tipo de control del estado y tiene en Rosario el epicentro de una guerra que ya lleva 1.000 chicos muertos, cerca del 10% de los muertos por Covid-19.

Todos los que seguimos con alguna atención la agenda pública de decisiones sabemos con claridad que está decisión del gobierno nacional traerá decidia, perdida de exportaciones, perdida de puestos de trabajo, desinversión y sobre todas las cosas falta de seguridad jurídica para proyectar un país productor que saque a millones de la pobreza.

 

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