Por Bernardo Basombrío, especial para SL24 (*)
Las protestas de poblaciones en Estados árabes de los años 2010-2012, son conocidas como la Primavera Árabe, y se correspondieron a una serie de manifestaciones populares que se replicaron, y clamaron por democracia y derechos sociales como forma de resistencia a tiranías que terminaron sucumbiendo.
Ante los hechos de corrupción y nepotismo de parte de algunos miembros del Banco Nación que están saliendo a la luz, aparecen más novedades. En estos días, se suceden testimonios que alumbran y dan fuerza a la saga del Nación, de manera que en las redes sociales lleva el nombre de #PrimaveraBNA versus #CorrupciónBNA y, son una seguidilla de piezas que componen un rompecabezas que adquiere sentido.
“Juan” –no es el nombre real-, es un empleado que desempeñaba tareas de mayordomía en Casa Central. Fue sometido a un sumario interno, cuya legitimidad y legalidad se desconoce, promovido con cuatro denuncias presentadas por sus compañeros de trabajo que, instigados y protegidos por la gremial La Bancaria, tuvo el fin de removerlo.
El denominador común de esas querellas, prototípicas, radican en descripciones de impresiones personales a una supuesta actitud autoritaria de Juan hacia sus compañeros y, al temor a que les modifique condiciones laborales, léase “horas extras”.
El móvil que subyace corrientemente es, orquestar un proceso fraudulento coloreado con visos de legalidad, para remover o castigar a personal no ordenado a prácticas corruptas. También, a quien no atienda lineamientos gremiales, contrarios al cuidado del banco, o de ideología afín al Frente de Todos.
Lo llamativo es que, en todas las exposiciones se reconoce que Juan tiene a dos superiores jerárquicos: Osvaldo Fabián Lazzaro, quien se asume “el Jefe”, describen, y Sandra Amoros, intendente. Ellos, ejercen un esquema de control vertical. La sugestión se apoya porque son el último eslabón de una cadena de mando –en el área-, que hacen y deshacen como les parece, sembrando discordia.
En el empleo público, cuando el Estado tiene que echar a alguien, lo hace a través de un Sumario, que es un proceso interno que analiza si hay causales de despido. Se trata de un procedimiento que busca determinar si hay falta para establecer una sanción que, dependiendo de la gravedad, puede ser el despido. La modalidad está regulada por normas administrativas, que son ajenas a la Ley de Contrato de trabajo.
Sin embargo, las relaciones laborales del banco con sus empleados, no se rigen por las normas de empleo público, sino que aplica la Ley de Contrato de Trabajo y el Convenio Colectivo 18/75, por lo cual los sumarios no resultan procedentes en estos casos.
En el peor de los escenarios, los procedimientos internos tienen que resguardar siempre la garantía de debido proceso, que se traduce en la imparcialidad e independencia de quién juzga, derecho de defensa del acusado, principio de legalidad y control judicial posterior, pero no sucede o rara vez se da en la práctica, atentos a presiones de índole psicológicas que recaen sobre el empleado en cuestión.
A este fondo viene el tema que sigue, a su vez. Una hora extra se paga poco más de $ 8.000.- en el Nación, un día de semana y, fin de semana o feriado el doble. En el rango usual de la casta acomodada de ese banco y alineada a prácticas espurias suelen ordenar 70 horas al mes. Dividida en cuatro sábados reporta 17 horas extras computables como feriado e, importan la suma de $ 1.200.000.- por encima del sueldo. Cabe razonar que, como es exagerado para pocas jornadas, o entra en reparto un feriado adicional o se complementa con la semana. Paga Ganancias, pero Palazzo está luchando para que no sea así, lector.
Lo trágico es que tales servicios son inexistentes, en la gran mayoría de los casos, y sin llegar a sumas tan abultadas. Hay una cadena de favores en las firmas. Y, como corolario se solicitan préstamos personales que, son pagados por esos extras. La indignación de parte de los compañeros que no suscriben y tienen un pasar austero, se hace oír.
Otra situación que trae esta crónica es la de Sandra Amoros, a cargo de la Intendencia y Mayordomía de Casa Central. Es responsable de lo que haga falta en las viviendas del barrio de Palermo, en Capital Federal, que ocupan directores y altos funcionarios. Asimismo, controla empresas de limpieza, contrata los servicios aéreos que requiere el banco, por lo que mueve cifras millonarias.
Hay testimonios a cuatro voces del grado de corrupción imperante e incapacidad con que utiliza esos fondos y a su antojo, sin tasa ni limitación. Señalan que lo hace con un volumen que ha creado una dinámica de favores, de ida y vuelta, con las empresas proveedoras de insumos y servicios.
Fue protagonista estelar en dos sucesos. El primero, cuando cumplió los caprichos de la directora Delfina Rossi, hija del actual candidato a vicepresidente en fórmula con Sergio Massa. Le compró sábanas de color rosa y electrodomésticos de lujo, que luego y al dejar el cargo dejó que la funcionaria se llevara a su casa.
El segundo, es mucho más triste y bochornoso. Sucedió cuando un alto funcionario “Juan Segundo”, diremos, y su familia ocupaban uno de los departamentos que le asignó el Banco, en el barrio de Palermo. A ese momento se hallaba bajo un sumario injusto, algo que me consta directamente y debido a otra investigación.
Amoros, ordenó que se ingresara a esa vivienda sin autorización del ocupante y aprovechando su ausencia. Violentaron la cerradura, revolvieron el departamento, se llevaron vajilla, ropa blanca y, otros elementos de propiedad de la familia ocupante.
Es de imaginar el terror ante la escena de parte de una de las hijas, menor de edad, al llegar al domicilio. La gerente general en funciones era Carmen Barros, bajo el directorio de Eduardo Hecker. Lógicamente la “omisión” o el silencio de corruptos y violentos estuvo al orden del día y, el banco no tomó ninguna medida. La familia los denunció penalmente.
En otro lugar y, por pedido de Palazzo a la gerente Barros, está empleado y ascendido el subgerente General de la Red de Sucursales Jorge Javier Peralta. El último 11 de septiembre Peralta ordenó por teleconferencia a los zonales del país dejar el trabajo y concurrir a la marcha del Gobierno en apoyo a Sergio Massa respecto de Ganancias. El Obelisco fue un caos. A no olvidar que, la gerente resiste el puesto por favor de Palazzo a Batakis.
Cuando un empleado abandona el trabajo sin autorización del empleador, éste deja de ser responsable de su integridad física. Si alguien se fractura, en la manifestación nadie responde. Ni qué decir de la presión gremial para que asista. En la sesión de Diputados, del martes último, Palazzo asegura que no arrean a trabajadores. Me remito a ello en un tuit el 19 de septiembre en mi cuenta.
Este accionar en red controla el banco a la hora de los paros. En definitiva, enseña cómo se construye y fortalece la perversa matriz sindical que se repite y tiene de rehén al país.
El líder gremial Sergio Palazzo con su actual mujer tiene tres hijas. Además, tiene dos hijos varones, uno reconocido de otra mujer y, el segundo con Laura Belardinelli –que cultiva bajo perfil por esa relación- y, de quien cuentan, es una excelente empleada en Mendoza.
Una compañera de ella, miembro del secretariado de La bancaria, la denunció por violencia, diciendo que la tomó del cuello. La gremial intimó al banco a despedir de sus funciones a Belardinelli, con la amenaza de parar todas las operaciones de la provincia. Fue un invento convenido con la Gerencia de Género de casa central.
Los videos no ofrecieron evidencia de ninguna acción violenta de parte de Laura. La causa fue a la justicia ordinaria, que falló a favor de Belardinelli. Ocurrió en el año 2021 y, volvió a trabajar después al año cambiando de sucursal. Está claro el encono de Palazzo fundado en motivos personales.
En la entrevista del día en CNN Radio Rosario, con Marcelo Fernández nos referimos a Vicky Roino, hija de Natalia y delegada en La Bancaria. Con pocos meses de trabajo ascendió a Protocolo y Ceremonial del Nación.
María Lucila Padín, Facundo Peña y Yamila Bustelo ingresaron gracias a Palazzo y, tienen sueldos desde septiembre de 2020 a la fecha, en el área de Personal. Se afiliaron y se retiraron con licencia gremial, cuando siempre permanecieron empleados en Prensa de La Bancaria.
Numerología de postre para los amigos del comedor. Subsano mi olvido involuntario de María Alejandra Marita Closas, firmante eximia de Barros y, los roles de custodios de Gastón Álvarez y Miguel Rojas Gallo con siete llaves; la octava obra en mi poder.
La casa matriz ya no tiene lugar físico para emplear, al punto que hay tareas que se hacen en forma remota. Son 17.600 empleados, cuando por actas el máximo admisible es 17.025. El último año ingresaron más de 1.000 personas.
La dotación de la alta gerencia desde el 2021 hasta marzo del 2023, que son 18 meses, empleó un 55% más a esas jerarquías.
¡Hasta la próxima nota!
(*) Bernardo Basombrío, periodista, escritor y editor.