La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner dedicó este lunes un posteo de felicitación a Juan Monteverde, el candidato más votado en Rosario. “Me comuniqué también con el compañero Juan Monteverde que logró una gran victoria en Rosario. Mis felicitaciones a los compañeros y compañeras del peronismo santafecino por la excelente elección que hicieron también en otras ciudades del interior provincial”, escribió en sus redes sociales.
Monteverde fue el candidato más votado en la ciudad, en un escenario de tercios y con una participación que apenas superó el 50% del padrón: el dato más bajo desde el retorno de la democracia. Un contexto que desnuda una apatía preocupante en la ciudadanía, pero que el kirchnerismo logró capitalizar consolidando su voto duro y evitando internas que dividieran su base de apoyo.
Me comuniqué también con el compañero @juanmonteverde que logró una gran victoria en Rosario. Mis felicitaciones a los compañeros y compañeras del peronismo santafecino por la excelente elección que hicieron también en otras ciudades del interior provincial.
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) June 30, 2025
En San Lorenzo sucedió un fenómeno similar. Mientras el electorado no peronista se dividió entre el oficialismo y La Libertad Avanza, el peronismo se encolumnó detrás de un único candidato: Esteban Aricó, que llegó a la elección con el respaldo del Movimiento Evita, Martín Cerdera y la estructura territorial kirchnerista. Tanto Monteverde en Rosario como Aricó en San Lorenzo evitaron pronunciarse públicamente como parte del kirchnerismo durante la campaña, buscando capturar votos independientes. Sin embargo, al final del día quedó claro que su fuerza electoral provino del mismo lugar de siempre: el voto duro peronista que no quiebra, incluso en escenarios de alta desilusión política.
Así, mientras en Rosario el escenario quedó configurado en tercios para octubre, en San Lorenzo la polarización entre el oficialismo y el kirchnerismo se profundizó, dejando a la Libertad Avanza como tercera fuerza pero sin chances de competir por el liderazgo local.
El peronismo santafesino festeja su capacidad de sostener estructuras territoriales aun en sus peores momentos nacionales. Y Cristina, desde su rol de jefa política indiscutida, no pierde oportunidad de recordarle a sus tropas quién sigue manejando la lapicera.
