“Cualquier cerealera puede hoy pedir un procedimiento preventivo de crisis”

Lo reconocieron desde el Sindicato Aceitero sanlorencino, que además admitió que la actual capacidad ociosa de esta industria alcanza al 60 por ciento


Paradójicamente, el principal sector industrial de la región y del país, el agroexportador, está atravesando un momento crítico.

La mala cosecha de soja, producto de la intensa sequía que atravesó, trajo como consecuencia la escasez de materia prima. Sumado a las especulaciones habituales de los productores agropecuarios, hace que la capacidad ociosa en el complejo sojero agroexportador integrado por San Lorenzo, Timbúes y Puerto San Martín, tendrá una capacitad productiva de 40 por ciento. Lo mismo entonces es decir que su capacidad ociosa es de 60 por ciento, una cifra inusitada y que asusta a culaquiera.

Los datos fueron reconocidos por el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) del departamento San Lorenzo, a tal extremo que admitieron que, en esta situación, cualquier cerealera está en condiciones de solicitar un procedimiento preventivo de crisis, de acuerdo a lo declarado días atrás en una radio local.

Sin embargo, hasta el momento no se concretó -ni siquiera se divisa- algún tipo de recorte laboral, tampoco algún sistema de suspensiones rotativas.

No es la primera vez que el sector atraviesa un cuadro así, en especial en lo referente a la producción de biodiesel, que en los últimos años viene surfeando en una tempestad tras el cierre del mercado europeo, luego el norteamericano y ahora, reabierto el viejo continente (entre uno y otro se llevaron el grueso del biocombustible criollo), puede repetirse su clausura .

Así y todo, no se recuerda un achicamiento como el actual, más notorio aún luego de las últimas inversiones realizadas (otras en pleno desarrollo) con el que el empresariado apostó a obtener un récord productivo.

«Una mala cosecha tiene estas consecuencias, hay menor materia prima y menos camiones trayendo los granos, eso repercute en los niveles productivos», describieron los sindicalistas.

Hoy, además de Buyatti y Cofco Puerto San Martín, no hay otras agroepxortadoras con procedimiento preventivo de crisis. La primera, porque su producción cesó luego de terminar el contrato que Molinos Cañuelas tenía con la firma de la tradicional familia del norte santafesino y no hallar a otro interesado para alquilarla (fasonearla), y la segunda, por el incendio y explosión ocurridos el año pasado que destruyó gran parte de sus instalaciones. Buaytti tiene a sus 125 operarios cobrando un sueldo que ronda los 20 mil pesos mensuales, sin asistir a puestos de empleo, y Cofco rota cada 30 días a sus 80 operarios para la mitad que suspendido y cobrando la mitad de sus salarios.

De no ser por la importación de soja, la situación en estas plantas sería peor.

Para el gremio, el momento tampoco es el mejor teniendo en cuenta que se acaba el primer semestre del año y todo indica que debería ser ya momento de rediscutir el aumento salarial acordado en enero pasado (fue el primer sindicato en el país en hacerlo) y que fue de 15 por ciento, una cifra alejada a lo que la inflación dará a fin de 2018.

 

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