El robot Curiosity se posó este lunes en Marte para efectuar una ambiciosa misión de detección de eventuales rastros de vida extraterrestre.
“Llegada confirmada”, dijo a las 2.30 hora argentina un miembro de la misión de control en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA, desencadenando un estallido de celebraciones.
“Tenemos las llantas puestas en Marte. ¡Dios mío!”, añadió, después de recibir las primeras señales de que el vehículo, de 900 kilos, había llegado al planeta rojo al cabo de una operación de gran complejidad.
Un segundo estallido de alegría se produjo poco después, cuando el robot envió su primera fotografía, de una claridad sorprendente, que retrata su propia sombra en el suelo marciano.
El presidente estadounidense Barack Obama saludó la realización de una “hazaña tecnológica sin precedentes”.
La expedición fue una arriesgada apuesta, que requirió una inversión de US$2.500 millones. Entre sus objetivos, la misión incluye la búsqueda de rastros de vida pasada en el cuarto planeta del sistema solar, el más cercano a la Tierra.
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