El hecho ocurrió el pasado 18 de mayo en una vivienda de calle Güemes al 1100, de la ciudad de Casilda donde Aguirre, con su arma reglamentaria, le disparó a la joven que cursaba un embarazo de ocho meses. Según el relato del tío de la víctima, presente en el domicilio, el policía intentó justificar el hecho diciendo que “se le escapó el disparo”.
Sin embargo, en una declaración clave que marca un giro en la causa, la víctima habló con psicólogas del Ministerio Público de la Acusación (MPA) y ofreció un relato contundente: no se trató de un accidente. La joven detalló no solo lo ocurrido aquella noche, sino también el historial de violencia que sufría por parte de Aguirre. Sus palabras fueron determinantes para que el fiscal Alejandro Benítez sostuviera la acusación de tentativa de homicidio triplemente calificada —por el vínculo, por violencia de género y por el uso de arma de fuego— en concurso con tentativa de aborto.
La víctima fue intervenida de urgencia en el hospital Cullen, donde se le practicó una cesárea para salvar al bebé. Mientras tanto, Aguirre quedó detenido y enfrentará la investigación desde la cárcel. La causa continúa su curso con nuevos elementos probatorios que podrían agravar aún más su situación judicial.
