Editorial

De Alberto Fernández a Aricó: la manía de hacer las cosas mal y echarle la culpa a los medios

Por Nicolás Carugatti

La política Argentina viene desde el retorno de la democracia intentando responsabilizar a terceros sobre los comportamientos de los  dirigentes políticos, que a todas luces nos hundieron en la decadencia económica, institucional y de valores.

Políticos, sindicalistas y jueces multimillonarios no pueden explicar sus fortunas. Empresas armada y gestionadas como UTEs de poder para funcionar como cajas, relatos infames vinculados con cuidar a los más pobres que no paran de crecer desde hace más de 30 años.

El final de Alberto Fernández, luego de pasarse cuatro años de su gobierno sobreactuando sus falsas convicciones sobre la igualdad de género, la violencia contra la mujeres y militando todas las actividades impulsadas por los colectivos feministas, son una muestra brutal de la dirigencia política mediocre e inescrupulosa que nos gobierna.

Una situación similar es la del concejal sanlorencino Esteban Aricó, que en plena campaña electoral para buscar ser intendente de la ciudad de San Lorenzo montó un espectáculo en el Paseo del Pino para juntar datos de personas que no tengan acceso a la vivienda, con la promesa que iban a construir 1000 viviendas. La movida resultaba extraña: desde SL24 lo marcamos en aquel momento, pero nunca pensamos que el objetivo de obtener los datos era tan perverso como va surgiendo con la investigación de comedores fantasmas que lleva adelante la justicia provincial.

¿Para qué eran los datos de los ciudadanos sanlorencinos?

La ONG Protegiendo Sueños fue creada en 2022 con los fines de funcionar como una pantalla legal para que el Estado provincial a cargo de Omar Perotti le bajara millones y millones en planes sociales a Esteban Aricó con el objetivo de hacer caja para poder ganar las elecciones en la ciudad de San Lorenzo. Uno de los programas –hay más de uno– era el de servir comida elaborada a niños y jóvenes vulnerables; este comedor que debía funcionar en el búnker de campaña de Aricó (en la diagonal Berardo, en barrio Oroño), nunca entregó un sólo plato de comida según consta en las auditorías de la provincia.

 

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Aricó intenta, como Alberto Fernández, instalar en un medio de comunicación creado con dinero de la corrupción que esto es una operación mediática. Pero en simultáneo, como es abogado, está utilizando todos aquellos datos personales que la gente genuinamente entregó con la esperanza de tener una vivienda, para armar registros falsos de entrega de comida sin cocinar, y evitar así que todos los miembros de la comisión directiva de la ONG terminen presos.

“Alberto y Esteban, acá están los pibes para la liberación”

 

 

 

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