Escalada de violencia

Denuncian que «sicarios» mandados por Juárez amenazaron trabajadores del SUPA

A solo dos semanas de la liberación de Herme Oscar Juarez, el ex secretario general, procesado por lavado de activos en perjuicio del SUPA, parece decido a recuperar su control sobre el sindicato a cualquier costo.


Pasadas las 14 hs del día viernes, dos personas con total impunidad se subieron a un colectivo destinado al transporte de afiliados a sus puestos de trabajo. Con total impunidad amenazaron al conductor que se encontraba en el interior del vehículo exigiéndole que cese el servicio de transporte. Asimismo, le encomendaron que envié un mensaje mafioso al resto de los conductores afirmando que “van a ser agredidos con tiros” y que “es la única vez que avisan”.

El hecho sucedió a plena luz del día y a metros de la sede sindical, la cual esta custodiada por Prefectura Federal, luego de las denuncias por aprietes efectuadas por la intervención del SUPA.Es que luego de la decisión del interventor Dr. Marcelo Urban  de desarticular un negocio millonario de “Vino caliente”, se registraron amenazas telefónicas, daños a los vehículos de transporte del sindicato y todo tipo de aprietes y mensajes mafiosos.

Parece ser que a Juárez se le están agotando los recursos para remontar el control del sindicato. El pasado martes pretendió bloquear el transporte de afiliados utilizando a menos de una decena de manifestantes del sindicato de remiseros de rosario, al cual el SUPA le desconoció totalmente la legitimación, por no tener inscripción formal en la zona, ni para representar a los interesados en el conflicto. 

Según el comunicado de prensa, la supuesta fuente laboral afectada, por gestión del SUPA, estaba garantizada en la contratación de la nueva empresa, por lo cual resultó evidente que la manifestación fue digitada por vino caliente con el único interés de garantizar la continuidad de su testaferro Crisostomo Cosentino.

Fueron los propios estibadores que, viendo que varios de sus compañeros se venían impedidos de trasladarse a sus puestos de trabajo, se auto convocaron en la sede del SUPA y desalojaron a los manifestantes.

Este hecho repercutió fuertemente en la comunidad, ya que quedó claramente demostrado que el ex secretario general ya no cuenta con ningún apoyo de las bases. Rápidamente extinguida la pata gremial de su estrategia de retorno, “vino caliente” pone todas sus fichas en la facción delictiva de su organización, valiéndose de amenazas criminales a los propios trabajadores.

Esta denuncia se suma a otras previamente presentadas por la intervención del SUPA por las represalias contra la gestión por desbaratar el negocio de Cosentino y denunciar sus irregularidades.


Fuente: Mundo Gremial

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