Transporte público inviable

Diez razones por las cuales viajar en colectivo interurbano se transforma en odisea

Una sanlorencina que viaja casi todos los días en los servicios de Rosario Bus ensayó un decálogo de cuestionamientos: el precio del boleto, la higiene de las unidades, la frecuencia, el trasbordo y hasta la carga de la tarjeta, entre otras críticas.

A través de un hilo de Twitter, una sanlorencina que utiliza con frecuencia el transporte público de pasajeros esgrimió 10 razones por las cuales viajar en colectivo interurbano se ha transformado en una odisea. “Como usuaria frecuente de colectivos de la empresa @GrupoRosarioBus, líneas Expreso y 35/9, paso a detallar situaciones con las que lidiamos los pasajeros. Viajo casi todos los días de San Lorenzo a Rosario”, explicó Yanina en su cuenta de la red social del pajarito.

“El costo del pasaje: $142,25 por ruta y $190 el servicio por autopista. Argentina es un país que se dice federal, pero lejos está de serlo. No puede ser que en el AMBA estén pagando $30 por tramo. Totalmente injusto y desigual”, calificó Yanina. En las últimas horas aumentaron el boleto del colectivo interurbano: 173 pesos por ruta y 230 por autopista.

“La frecuencia del servicio por ruta 11: en los horarios pico suelen ser relativamente buena, aunque nunca suficiente porque las unidades van siempre llenas, con pasajeros de pie. Frecuencia del servicio por Autopista: desastrosa. Cada una hora. Encima, por orden del Ministerio de Transporte, no pueden viajar personas a pie. Entonces, llega un determinado momento que no suben más pasajeros. Servicio que termina siendo insuficiente. Más de una vez me dejaron tirada”, cuestionó la sanlorencina.

“Frecuencia en días de semana y feriados y madrugada: desastrosa. En muchas ocasiones tuve que esperar hasta más de una hora. O porque no pasaba ninguno o porque los que pasaban iban repletos de gente y no paraban. Sobre todo de madrugada, no les importa dejar a una mujer sola”, manifestó Yanina.

“Situación especial que sucede con la frecuencia los días de semana/feriados durante el día: tienen que respetar los horarios y van a paso de hombre. Es de no creer: calles vacías, muy poca gente en la calle y el colectivo va paseando. ¡Apúrese Señor, que llego tarde a trabajar!”, exclamó.

“Hay dos tipos de unidades: viejas y nuevas. Las viejas: rotas, incómodas, sucias, y con olor. Pero al menos se pueden abrir las ventanillas. Nuevas: un poco más limpias, asiento más confortable, pero sin ventilación. No se pueden abrir las ventanillas. Imaginen los olores”, graficó.

“Atención de @GrupoRosarioBus. Una oficina en el centro de Rosario donde no te dan pelota. No tiene redes ni teléfono para iniciar reclamos. Este perfil de Twitter está desactivado hace años. Hacen lo que se las canta y nadie les dice nada”, lamentó Yanina.

“Choferes maleducados y mala onda. Malos tratos, malas contestaciones. Son pocos los que te esperan si te ven que estás llegando a la parada, por ejemplo. Bruscos para conducir”, consideró.

Cargar la tarjeta de colectivo también se transforma en una odisea que requiere logística y planificación. “Mención especial para la @TarjetaSUBEok. La persona que pensó el sistema, en su pu*a vida viajó en colectivo. Recorrer miles de kioscos para ver si tienen saldo para cargar la tarjeta y siempre te cobrar un plus”, criticó.

“Si cargas de manera online, tenés dos opciones para acreditar la carga: por NFC, un aplicativo disponible en celulares de alta gama (la mayoría de los usuarios somos trabajadores, no tenemos celulares de alta gama) o en las terminales Sube”, añadió Yanina.

“En mi ciudad hay tres. La del Hospital no funciona, la de la Municipalidad solo está disponible en horario administrativo, la del Centro Cultural está casi siempre abierto, pero está a 20 cuadras de mi casa. Aprovecho para avisar de la situación de muchos vecinos”, advirtió. “Lo ideal sería que la carga se acredite en el mismo colectivo. Apenas apoyás la tarjeta para pagar el próximo viaje”.

“No podemos usar el servicio de trasbordo. Los recorridos no cubren todas las zonas, sobre todo de Rosario y no tenemos el beneficio de no abonar el segundo micro, como si tienen los pasajeros de @MoviRosario y los del AMBA, obvio. Algo más específico, pero ya es hora de que San Lorenzo tenga un sistema de transporte urbano. Todo esto lo vivo para ir Rosario, pero desde mi casa hasta la parada de colectivos, tengo que caminar 10 cuadras”, cerró Yanina.

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