El pasado sábado, un grupo de personas -en su mayoría jóvenes- fueron dispersados por la policía de San Lorenzo pues estaban concentrados en las puertas de la Iglesia Cristo Redentor, sita en calle Dorrego al 1.300.
El accionar de los uniformados obró a razón del protocolo sanitario anticovid vigente, que por el momento no autoriza ese tipo de reuniones con las características que los feligreses llevaban adelante en esos momentos.
De hecho, se les labraron actas, tal como o contempla el decreto de necesidad y urgencia firmado por el gobernador Omar Perotti.
Patricia Silva es autoridad de dicha congregación y esposa del líder de la orden, el pastor Daniel Catáneo. Fue la encargada de dar una versión sobre lo acontecido y lejos de exponer alguna autocrítica y/o un pedido de disculpas a la sociedad, avaló lo sucedido y criticó a la política sanitaria que la Provincia leva adelante.
“Qué quieren que hagan los jóvenes; están sin clases, sin la reuniones religiosas, encerrados…”, señaló en FM 101.1, a modo de justificación de una acción que no debió ocurrir por respeto a la sociedad en su conjunto.
Cabe indicar que reconoció que esos feligreses pertenecen a su congregación.
Tanto Silva como Catáneo ya expusieron en numerosas ocasiones su rechazo a la limitación de asistencia de fieles a las celebraciones religiosas, tal como viene estableciéndose en los sucesivos decretos nacionales y provinciales redactados en pos de contener el avance de los contagios por Covid.