Emilio Amado Carrara murió asesinado de 28 puñaladas en San Lorenzo. Era un vecino conocido de barrio El Pino. Atendía un kiosco en su propio domicilio y solía alquilar habitaciones de su casa en Güemes al 1800. A fines de octubre de 2020 se había metido en problemas y estuvo detenido un par de días, por agredir a un vendedor de tortas fritas que al mes siguiente murió en el hospital de Granadero Baigorria.
Por el crimen de Carrara detuvieron en zona rural de Aldao a un joven de 22 años, sindicado como autor del hecho perpetrado entre la noche del jueves y las primeras horas del viernes pasado. La Policía arrestó a Ángel Gabriel C., alias «Angelito», un muchacho que convivía con la víctima según fuentes de la investigación y que refuerza la hipótesis de que su casa era una especie de «pensión» para aquellos que pudieran pagar por un pedazo de techo.
El 21 de noviembre de 2020, vecinos de barrio El Pino se manifestaron pidiendo justicia por Nelson «Chipi» Aguirre, el sanlorencino de 38 años que había muerto días atrás luego de que el 24 de octubre de ese año fuera agredido por Carrara. En medio de una fuerte custodia policial se lo llevaron detenido a la Comisaría 1° de San Lorenzo.
Chipi Aguirre se las rebuscaba vendiendo tortas fritas, tenía un hijo de 11 años y era paciente con insuficiencia renal: se dializaba cuatro horas por día. Tras haber sido golpeado por Carrara, se deterioró su estado de salud y finalmente murió a las pocas semanas.
Por aquel entonces, desde Fiscalía de San Lorenzo solicitaron la correspondiente autopsia para determinar la causa de la muerte de Chipi, en relación al hecho al que hacía alusión la familia. Indicaron que Carrara agredió con golpe de puño a la víctima por el reclamo de una supuesta deuda.
Familiares manifestaron que Chipi “estuvo dos semanas internado en coma y lo operaron dos veces en la cabeza. Resistió hasta el 17 de noviembre de 2020, cuando murió. Vivía solo con su hijo, salían a vender tortas fritas y era muy conocido”. “Queremos justicia por el hijito, que quedó solo y sufriendo. Queremos que el responsable pague por la muerte y vaya preso”, reclamaron.
“Aquel sábado llegaba de dializarse y ellos mantenían una relación de vecinos. Le dio una piña desde atrás y otros vecinos lo ayudaron a levantarse. Ahí el agresor se encerró en la casa. Hubo un montón de testigos que vieron lo sucedido”, afirmaron familiares de Chipi.
Aseguraron que la víctima ya no podía caminar el domingo posterior a la agresión. “Llegó a declarar lo ocurrido a la Policía, que le tomó declaración en la casa. Al agresor lo demoraron unas horas y lo soltaron”. A Chipi lo trasladaron luego al hospital Eva Perón de Baigorria. “Allí nos dijeron que se le había hecho un coágulo como consecuencia de una fractura de cráneo”, indicaron familiares del vendedor de tortas fritas.