Rosario

Dramático rescate de un operario que cayó a un pozo de cinco metros

Sucedió esta mañana. La tarea para sacarlo de tal profundidad no fue nada sencillo y lo realizaron los bomberos. El obrero está internado en un sanatorio


Momentos de mucha tensión se vivieron esta mañana en la calle Abanderado Grandoli al 3900, en Rosario, cuando un obrero que trabajaba en una empresa contratista de Aguas Santafesinas cayó dentro de un pozo de más de cinco metros de profundidad.

El operario sufrió heridas de consideración, pero al parecer nunca perdió el conocimiento. El operativo de rescate demandó aproximadamente una hora y media debido a lo profundo de la excavación y a lo difícil que se hizo en un primer momento para poder brindar los primeros auxilios a la víctima.

Al parecer, el trabajador cumplía con tareas para realizar un encofrado, utilizando una escalera, y se sospecha que resbaló y cayó en el interior del pozo.

Un habitante de la cuadra fue prácticamente un testigo presencial de lo ocurrido, le contó a Canal 3 lo que vio: «Al muchacho se le dobló una escalera y cayó dentro del pozo. Entonces me acerqué y le empecé a hablar para que se quede tranquilo, porque quedó medio atontado. Los compañeros trataron de sacarlo, pero no tenían nada, son precarios. Pasó media hora y no venía nadie a rescatarlo. El obrero no tenía ningún arnés, ni ningún elemento de seguridad. Estábamos desesperados porque no podíamos hacer nada. El pozo es muy profundo. Lo único que podíamos hacer fue charlar con él para que se tranquilice. Se la bancó bastante bien, pobre muchacho», declaró un vecino..

El operativo de rescate estuvo a cargo de Bomberos Zapadores de Rosario. Lo primero que se hizo fue bajar hasta donde estaba el hombre herido con una camilla rígida y varios juegos de cuerdas para poder sujetar el cuerpo. Luego se tuvo que utilizar una excavadora mecánica, en cuyo «brazo» se ajustaron las sogas que sujetaban la camilla con el hombre herido.

Según se informó desde el lugar, la víctima iba a ser trasladada al Sanatorio Laprida.

Fuente: La Capital

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