En el día de ayer SL24 público de forma exclusiva el fallo de Juez Federal de Rosario, Marcelo Bailaque en el que prohibe a Herme Juárez volver a la Cooperativa de Trabajos Portuarios y cobrar un sueldo.
En la publicación se hace referencia a la posibilidad que la resolución judicial sea el principio del fin del “Juarismo” en la conducción de la entidad de estibadores. El abogado de Herme Juárez solicitó un derecho a replica para apuntando contra la intervención y asegurando curiosamente que el “Juarismo” no existe más, luego de 50 años de conducción verticalista.
El comunicado comienza titulado EL JUARISMO NO EXISTE, PERO ESTÁ MAS VIVO QUE NUNCA.
Comunicado
Juárez defiende los valores, los derechos y los intereses de los trabajadores y eso no es “juarismo”. No se trata de una postura egoísta, autorreferencial o unipersonal.
En todo caso, esos valores, esos derechos y esos intereses conforman un movimiento y ese movimiento -mal llamado de esa manera-, tan solo es representado por Juárez y lejos de haber llegado a su fin, está más vivo que nunca.
Y el fallo es la prueba más cabal de ello: Juárez les da miedo, porque representa la fuerza de los trabajadores.
Desde el punto de vista jurídico, la decisión del magistrado no cambia nada y solo es un golpe de efecto.
En primer lugar, es falso que Juárez no pueda ingresar a la Cooperativa, eso no es lo que dice el fallo. El juez solo le negó la prestación de tareas, como integrante del consejo de administración.
Pero lo extraño es que nadie pidió que Juárez tome el consejo de administración. Herme es tan solo un trabajador más que quiere trabajar y el juez no puede negarle ese derecho, porque ni siquiera tiene competencia para ello. Pero lo que es peor, es que el Magistrado funda su decisión en el informe del interventor; algo así como preguntarle al lobo quien tiene que cuidar a las ovejas.
Es por ello que el decisorio es mucho ruido y pocas nueces (nótese que todavía no ha sido notificado a Juárez, pero si fue publicado por la prensa…)
Más allá de ello, lo relevante es entender lo que hay detrás de todo esto: Juárez es mala palabra, porque dejarlo trabajar sería darle la llave a los estibadores, sería devolverle la dignidad a las familias portuarias. Y claro, eso no puede pasar, la Cooperativa tiene que ser destruida. Esa es la función de la intervención.
Es hora de sacarse el vendaje, pues ya nadie puede dudar acerca de lo que pretenden hacer. La Cooperativa da pérdidas por primera vez en cincuenta años y eso no es casualidad. La están desarmando ladrillo por ladrillo.
Cada vez tiene menos trabajo y no hay que ser adivino para saber quién se lleva ese trabajo y por ende, quien está detrás de este declive para eliminarla.
Pero eso no va a suceder y no es Juárez solo quien lo va a impedir.
Son los trabajadores, los sindicatos, las familias, los vecinos, es toda una ciudad. No es una persona, ni un grupo, ni una facción. Son todos. Somos todos.
Vamos a evitar que concreten su plan, pero solo podemos hacerlo si nos unimos. Cada uno desde su lugar, tiene que aportar lo suyo para terminar con esta verdadera usurpación.
El juarismo no existe, porque la fuerza de los trabajadores no tiene dueños. Pero Juárez sí los representa y por eso es tiempo de entender que este ataque no es solo contra él. Es contra lo que simboliza, contra la Cooperativa.
Por eso tenemos que estar todos y “todos” es un término que únicamente tiene sentido si hay un fin común. Y terminar con la intervención tiene que ser ese objetivo.
Como dije antes, la fuerza representada por Juárez está más viva que nunca y unida es la que va a lograr salvar a la Cooperativa.-
Javier Rabade (Abogado de Herme Juárez)