Las intensas lluvias dejó anegadas a más de 20 familias en la zona del Espinillo, en el límite entre Capitán Bermúdez y Granadero Baigorria. El barrio quedo hecho barro. Las calles se transformaron en ríos y los vecinos perdieron gran parte de electrodomésticos, ropa, muebles y colchones.
Julio con su esposa María Rosa intentaron hacer barricadas para tratar de contener el agua, pero la pendiente y la zona baja donde están emplazadas las precarias viviendas, hicieron que el agua se acumule y se forme una corriente imposible de contener.
Desde hace varios años que esperan obras de zanjeo para alivianar la caída de agua cada vez que llueve, pero esas obras nunca llegaron. “Cuando se inunda el barrio no se animan a venir para pedir el voto”, dijo María Rosa entre lágrimas.
Esta familia tiene toda la casa bajo agua. El barro que caía de la barranca entró hasta el dormitorio y dañó todo lo que tenían. Desde que comenzaron las lluvias ninguna autoridad se acercó para ver en qué condiciones quedaron las viviendas y las familias del lugar.
Hasta una casa que estaba en la barranca se desmoronó y cayó parte de la precaria vivienda. Afirmaron que necesitan soluciones o al menos una ayuda para empezar reponer lo perdido.