Lo que parecía un caso más de abandono de embarque en zona portuaria se convirtió en una historia que estremece. Bassan Ali, un marinero de origen sirio de 36 años, saltó del barco que integraba mientras operaba en el puerto de Cofco, en Puerto San Martín, y su desaparición encendió las alarmas de las fuerzas federales en todo el país.
Sin embargo, el caso dio un giro inesperado: el mismo día que se difundía su búsqueda, Ali se presentó espontáneamente en la oficina de Migraciones en la ciudad de Santa Fe y pidió asilo político. Según relató en exclusiva Emilio Jatón, secretario de Derechos Humanos provincial, el hombre dijo temer por su vida si vuelve a Siria.
“Su pueblo fue masacrado. Dijo que si vuelve, lo matan”, contó Jatón en diálogo con Hernán Funes por Cadena 3 Rosario.
Actualmente, Bassan Ali vive en la casa de otro refugiado sirio en la ciudad de Santa Fe, tiene una residencia transitoria y deberá presentarse mensualmente ante Migraciones hasta que se resuelva su situación, lo que podría demorar más de un año y medio.
“La Policía Federal se retiró cuando él presentó domicilio y fue acompañado por nosotros a realizar la declaración jurada. Hoy no tiene custodia”, explicó Jatón.
De Puerto San Martín a Santa Fe, en busca de vida
Ali trabajaba a bordo de un buque de bandera panameña que operaba en el puerto privado de Cofco, en Puerto San Martín. El propio capitán del barco denunció su desaparición, activando el protocolo de alerta federal. Pero el marinero no se había fugado para cometer un delito: huía de una guerra.
“Lo que ayudó mucho fue que la empresa naviera era muy seria. Entregó toda la documentación y detalles de identidad del marinero”, destacó Jatón.
Desde que se estableció en Santa Fe, Ali vive con otro refugiado que lo aloja en su casa y le ofreció enseñarle el oficio de reparación de electrodomésticos. No habla español ni inglés, y su primer pedido fue saber cuándo podrá traer a su esposa e hijos, que aún están en Siria.
La espera del refugio y la política humanitaria
“Lo acompañamos porque no tenía abogado y cualquier error en migraciones lo podía complicar gravemente”, explicó Jatón. El trámite para el refugio político ya está en marcha, pero la obtención de un estatus jurídico puede demorar más de un año, como ocurrió con otros casos similares en la provincia.
“Una vez que identificamos que alguien viene escapando verdaderamente de una situación de riesgo, Santa Fe lo acoge. No solo con ciudadanos sirios: también recibimos a senegaleses, paraguayos y otros casos con nuestro equipo jurídico”, aseguró el secretario.
Una historia lejana, muy cerca
La historia de Bassan Ali muestra cómo la guerra de Medio Oriente también golpea las puertas del litoral argentino. En silencio, sin bandera ni pancarta, los conflictos globales se filtran por los pasillos de un puerto, por el idioma de un traductor improvisado, o por las manos temblorosas de un marinero que huye porque sabe que no tiene otra opción.
Hoy Ali no está en alta mar. Está en Santa Fe. Busca trabajo, espera papeles y sueña con volver a ver a su familia. Y con él, la provincia tiene la oportunidad de confirmar si su política de derechos humanos es solo un discurso… o una respuesta concreta a quienes lo han perdido todo.